POR PEPE MONTESERÍN, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)
Por el Día de la Hispanidad bancos de la Escandalera pintados con el arcoíris, enseña del orgullo gay, amanecieron con sus listones de madera transformados en la bandera de España, palimpsesto fuera de lugar, sin licencia de obra menor, que las autoridades municipales califican de vandálico. Doy la razón a nuestros ediles porque vandalismo, según el diccionario de la RAE, Wikipedia y yo, significa espíritu de destrucción contra la propiedad pública, que no respeta cosa alguna, sagrada ni profana, ni guarda consideración a las personas. Estos pintores patriotas no excluyeron a los homosexuales adyacentes, tampoco afectaron a la estructura ni el uso de los bancos y respetaron los pantones de la divisa constitucional, pero, ¡ay!, hubo nocturnidad y dolo, al no colocar este cartel: “Recién pintado”. Algunos inocentes se sentaron por la mañanina y les quedó la culera pegañosa y gualda.
Fuente: http://www.lne.es/