POR FRANCISCO SALA ANIORTE, CRONISTA OFICIAL DE TORREVIEJA
En febrero de 1882, el comandante del puesto de la guardia civil de San Javier encontró, en el punto denominado ‘El Pedrucho’, a un hombre ahogado en estado de putrefacción y con algunos miembros separados del tronco. Se creyó que fuera procedente del barco que en la noche del 4 de enero salió de Torrevieja, naufragando en aguas de la isla Grosa.
A las ocho de la mañana del 12 de marzo de 1883, naufragó en Ferrís la fragata griega ‘Terako’, de 730 toneladas, capitaneada por Pithis y tripulada por 14 marineros. Portaba cargamento de carbón mineral, procedente de Cook (Inglaterra) e iba con rumbo a Barcelona. Toda la dotación se salvó.
El 12 de abril de 1883, a tres kilómetros del puerto de Torrevieja, embarrancado en Cabo Cervera, naufragó el laúd ‘Esperanza II’ de la matrícula de Blanes, logrando salvarse toda su tripulación.
El 20 de diciembre de 1883, la brik-barca ‘Sincero’, de la matrícula de Barcelona, que se hallaba fondeada en la rada, con el capitán y los catorce tripulantes del buque, además de doce trabajadores que se hallaban a su bordo. El salvamento fue dirigido por el teniente Juan Francisco Gardón. El vecindario, autoridades, guardia civil, carabineros y empleados de aduanas de Torrevieja, aunando sus voluntades y sus esfuerzos, lograron salvar a aquellos infelices náufragos prestando cuantos auxilios estuvieron a su alcance. La embarcación terminó embarrancando a mil quinientos metros de Torrevieja, cerca de cala Ferrís.
En la madrugada del 22 de diciembre, y a consecuencia del mismo temporal reinante, naufragó en la playa del puerto de Torrevieja la corbeta ‘Limero’, matrícula de Barcelona, capitaneada por Pablo Moragas, con cargamento de sal. Se salvaron sus catorce tripulantes y doce vecinos del pueblo de Torrevieja que iban a bordo. El mar estuvo tan embravecido que sus olas llegaron hasta donde nunca se recordaba que hubiesen llegado, produciendo cuantiosos daños en las embarcaciones de todas clases que habían el puerto.
El mismo día, tuvo que ser remolcado por el vapor ‘Correo de Alicante’, entrando el puerto de ese nombre el bergantín ‘Felice’, que fue embestido por el propio vapor en aguas de Cartagena mientras navegaba de Torrevieja a Gijón, con carga de sal.
En los primeros días de enero de 1884, naufragó en la costa africana del Negrón una embarcación llamada ‘María Josefa’, de la matrícula de Galicia, mandada por un hijo del armador. Había salido de la costa cantábrica conduciendo madera para Málaga, y al regreso, después de haber cargado en Torrevieja sal y escobas, ocurrió el siniestro, perdiéndose al mismo tiempo en la costa española otros dos buques traían el mismo rumbo.
De los tripulantes del ‘María Josefa’ nada se supo. Los moros se dedicaron al pillaje más escandaloso, en vez de socorrer a la embarcación, y cuando el cónsul de España en Tetuán envió a la costa una guardia marroquí para auxiliarle, uno de los individuos de la escolta fue herido por los merodeadores.
El alférez de carabineros Jerónimo Mateo y los individuos del mismo cuerpo Manuel Cervantes, Sebastián Barrera, Martín Martínez, Francisco Navarro, Leonardo Milagro y Pedro Díaz, de La Horadada, salvaron el 15 de enero de 1884 a cuatro tripulantes del barco pesquero ‘Miguelito, de Torrevieja, que había zozobrado en aguas de Alicante a causa de un temporal.
Otra pérdida ocurrió el domingo, 20 de abril de 1884. El bergantín goleta ‘Pilar’, de la matrícula de Rivadeo, se perdió totalmente al oeste del cabo Tiñoso, sin que ocurriesen desgracias personales. El buque se dirigía en lastre a Torrevieja para cargar sal.
A mediados de noviembre de 1884, se perdió en la playa de Ferrís la corbeta noruega ‘Soon’, salvándose la tripulación. Años más tarde, en 1887, el Ayudante de Marina del distrito de Torrevieja y los tripulantes de las dos falúas de la villa, fueron recompensados con la ‘Cruz Roja del Mérito Naval’ por los auxilios prestados a los náufragos de la corbeta noruega ‘Soon’.
A mediados de marzo de 1885, la corbeta española ‘Sunrise’, que procedente de Torrevieja se dirigía a Barcelona, con cargamento de sal, encalló en Vinaróz con una gran avería en su casco, haciendo agua y a pique hasta el entrepuente. Se le prestaron los auxilios necesarios para evitar su pérdida total aunque no pudo salvarse su cargamento. En la tripulación no ocurrió novedad.
A finales de marzo de 1885, el bergantín goleta ‘Sagunto’, de la matrícula de Valencia, con carga de sal de Torrevieja para Betanzos, corriendo el temporal desde el cabo san Vicente, llegó al puerto de Las Palmas, haciendo agua en la bodega y conduciendo 84 pasajeros. Por temor de irse a pique no fondeó y embarrancó en la playa. No ocurrieron desgracias personales, pero el buque se perdió.
A Cartagena arribó el sábado, 9 de enero de 1886, remolcados por un vapor inglés, la corbeta ‘Altagracia’, matrícula esa ciudad, con carga de algodón, y la brik barca rusa ‘Veljik’, con carga de maderas. Los dos buques navegaban con rumbo a ese puerto, pero se abordaron frente a Torrevieja, sufriendo averías de importancia, sobretodo el ‘Altagracia’. El buque ruso que chocó con la corbeta ‘Altagracia’, fue declarado culpable por el consejo o jurado de marina de Cartagena.
A principios de febrero de 1886, con motivo del temporal presenciado en la costa torrevejense por su vecindario –una de las más fuertes que se habían conocido desde hacía muchos años-, embistieron en tierra, por haberles faltado las amarras, dos barcas de pareja y un falucho de mayor porte. Las barcas de esquifeo, que en su sitio de siempre habían aguantado otros temporales, no pudieron hacerlo en ese, siendo encontradas en tierra totalmente destrozadas. Una balandra grande que estaba en la rada, pidió auxilio y no pudiéndosele prestar sin el peligro que se corría, se hizo a la vela para librar la embestida, tratando de alcanzar la isla Grosa, en donde poder encontrar una mar más bonancible. No hubo que lamentar desgracias personales, gracias a que los tripulantes de los buques embestidos no se hallaban a bordo.
A finales de febrero de ese mismo año, procedente de Torrevieja entró en Vigo una barca española con cargamento de sal. Arribó con una avería causada por un temporal, llevando a bordo a doce marineros lesionados a consecuencia de los fuertes golpes de mar que habían sufrido.
En la playa de Levante del puerto de La Línea (Cádiz), naufragaron en la noche del 12 de marzo de 1886 la corbeta ‘Lacasese’ de la matrícula de Torrevieja, la goleta danesa ‘Etattiraol’ y el vapor inglés ‘Eriedado’, salvándose la tripulación, excepto el tercer maquinista del vapor.
El 4 de agosto de 1886, varó en la playa de Ferrís el bergantín goleta ruso ‘Nonette’ que con cargamento de sal descubrió una vía de agua. No ocurrió ninguna desgracia en su tripulación.
El 29 de septiembre de 1886, ancló en el puerto de Las Palmas el vapor inglés ‘Illios’, procedente de Amberes. Conducía diez náufragos de la barca del buque noruego ‘Bataria’, en el momento que se iba a pique a 90 millas de Vigo. Procedía de Torrevieja, iba con cargamento de sal y dirigía a Christiania.
El vapor inglés ‘Rumania’, llegó a Liverpool el 16 noviembre de 1886, conduciendo a su bordo la tripulación completa del bergantín español ‘Eusebia’, que había sido abandonado por sus marineros el día 11, a los 41º 11’ de latitud Norte y 3º 38’ de longitud Oeste del meridiano de San Fernando. El ‘Eusebia’ había salido de Torrevieja para Ribadesella con cargamento de sal.
Pocos días después entró en Cádiz, de arribada, el bergantín inglés ‘Countess of Lonsdale’, completamente desarbolado, y bergantín español ‘Concepción’, con averías y haciendo agua. El primero había salido de Huelva para Bugdwater con cargamento de azufre, y el segundo de Torrevieja con sal para Gijón.
(Continuará)