POR MERCEDES BARRANCO SÁNCHEZ, CRONISTA CORRESPONDIENTE DE EL RAAL (MURCIA)
El Belén es como una serie de imágenes sucesivas, hechas en barro, para representar los hechos relativos al nacimiento de Jesús. Es como un libro sin palabras con la Anunciación, sueño de san José, la Visitación, huida de Egipto, posada, Herodes, Nacimiento, Reyes Magos, pastores, matanza de los santos inocentes, templo de Salomón, así como animales y plantas de lo más diverso.
La tradición belenística en Murcia hunde sus raíces en el siglo XVIII de la mano de Salzillo que creará una escuela de gusto napolitano. A lo largo del siglo XIX e inicios del XX multitud de artesanos surtirán el mercado murciano de numerosas figuras, muchas de creación propia, creando tipos específicos como el Pacorro, el Huertano, pesebre tipo “huevo frito” etc. Destaca también la tradición familiar, naciendo sagas de cuatro o cinco generaciones, es el caso de los Serrano, Galán, Amaro-Rogelio. Es notable también la concentración de talleres en el barrio de San Antolín o en la pedanía de Puente Tocinos. Extrañamente este tipo de artesanía ha sobrevivido a la “era del plástico” y sigue siendo un trabajo manual.
Náyades (revista de costumbres y tradiciones) saca un monográfico sobre el tema del belén, conteniendo artículos que tratan este tema tanto a nivel regional como internacional, como podremos apreciar en los trabajos que contiene dicho número.
Tenemos a Olga María Briones Jiménez y José Emilio Palazón Marín con y ‘El museo de belenes del mundo de Ojós (Murcia)’. María Teresa Marín Torres con ‘El Belén de Salzillo: entre la devoción y el divertimento’. Ricardo Montes Bernárdez, presidente de la Asociación de Cronista oficial de la Región de Murcia y ‘Belenistas murcianos a lo largo de la historia. 1800-2000’. Diego Ortiz Martínez con ‘Influencia napolitana y peculiaridades de los belenes cartageneros “de movimiento” en los siglos XVIII al XX’. Manuel Fuentes Lorente con ‘Los belenistas José Cuenca y Enrique Ramírez’. Francisco Sala Aniorte, cronista oficial de Torrevieja y ‘Artesanía belenística en Torrevieja: La Fábrica de los Muñecos de Juan Antonio Mirete Rubio’. Mercedes Barranco Sánchez trata, ‘Los belenes en sus diferencias: el belén viviente de El Raal’ y María José Sevilla García con ‘El belén hispanoamericano’.
En el trabajo sobre el Museo de Belenes del Mundo de Ojós (Murcia), vemos que se inauguró el 23 de diciembre de 2013 y los fondos museísticos estas constituidos, por un lado, por la colección de titularidad municipal, y, por otro lado, en su gran mayoría, la colección de belenes del Museo de Bellas Artes de Murcia (MUBAM), de titularidad de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia. La colección de belenes expuesta se compone de unos 250 conjuntos, aunque el total de la colección comprende más de 735, que permiten apreciar la gran diversidad de esta manifestación cultural en los cinco continentes, convirtiendo a la localidad de Ojós en un destacable punto de referencia sobre la gran riqueza de fenómeno del belenismo a nivel internacional.
El Belén de Salzillo, fue realizado por Francisco Salzillo entre 1776 y 1800 para el noble murciano Jesualdo Riquelme. Se narra del Nacimiento de Jesucristo, con escenas que van desde la Anunciación a María hasta la Huida a Egipto. Obra muy estudiada, al constituir un documento único de la vida y las costumbres de la España rural del siglo XVIII, así como una obra cumbre en la historia del arte español.
La tradición belenistica en Murcia se remonta al siglo XVII, con un origen procedente de Nápoles, si bien se va adaptando al gusto y tradición de Murcia, con personajes específicos. En el siglo XIX los talleres de figuras para belenes crecieron como hongos tras una lluvia, de la mano de artesanos ceramistas que mostraron la historia en torno al nacimiento de Jesús. Han sido y son sagas como Los Serrano, Amaro-Rogelio, Galán, Nicolás Almansa, Griñán, Mirete…los que ha hecho que se considere a Murcia como cuna del belenismo.
Los belenes cartageneros de los siglos XVIII al XX estuvieron influidos por los procedentes de tierras napolitanas, aunque derivaron en un modelo peculiar y característico de la ciudad portuaria, como fueron los denominados belenes de movimiento, una especie de representación a medio camino entre el drama sacro y el teatro guiñol.
Tanto José Cuenca como Enrique Ramírez, belenístas murcianos, marcaron una época. El primero fue un gran conservador y seguidor de la escuela de Salzillo siendo además un gran enamorado de las costumbres de nuestra tierra que supo reflejar en su obra. Fue el primer artesano que puso su obra a disposición del belén de la Pava ya que estuvo implicado más de 15 años con dicha peña. De Ramírez, otro maestro artesano y gran conocer del oficio en todas sus facetas. Siempre rodeado de grandes modelistas de la talla de Juan José Quirós de Cartagena y Jesús Dimas, para realizar parte de su extensa obra.
En 1957, Juan Mirete Rubio edificó en Torrevieja una fábrica de figuras de belén y otras imágenes decorativas hechas con barro y porcelana. A cargo de su hijo, Juan Mirete Rubio siguió en activo hasta el año 1988, llegando a exportar sus obras a Israel, Portugal, Francia, Cuba y Estados Unidos.
El nacimiento de Jesús ha sido representado mediante pesebres y es en España, uno de los pocos países donde se sigue conservando el montaje y representación de los nacimientos, cuyo punto de vista histórico se refleja en los evangelios de san Lucas y san Mateo. Murcia, cuna de grandes maestros del belenismo, incluso antes del siglo XVIII, marcado por la figura de Francisco Salzillo. Merece un punto y aparte las representaciones vivientes del Nacimiento de Jesús que son realizadas en calles, iglesias, jardines…por seres reales, durante los días de Navidad.
Otro trabajo que contiene esta publicación, es el que pasa revista a la tradición belenística en América Latina, desde México a los Andes. Destacando la variedad de materiales usados en la confección de belenes y que el primer belén lo veremos en 1540 en Perú. Por otra parte, en Quito, a fines del siglo XVIII ya vemos nacimientos de imitación a Salzillo.