POR JOSÉ JULIO ORTIZ Y CHISVERT, CRONISTA OFICIAL DE COBEÑA (MADRID)
En mi interés por los pueblos comarcanos no iba a ser menos Belvis de Jarama.
Si alguien cree que Belvis no tiene historia se equivoca. Su historia se remonta a la época romana y es así que en las diferentes pesquisas, hace ya tiempo se encontró una casa o villa romana en las cercanías de lo que hoy es el llamado caserío de Belvis. Además cerca de dicha villa discurría la calzada romana que iba de Complutum a Talamanka. Con la caída del impero de Roma y la llegada de los visigodos se crea en la edad media la ermita de Nuestra Señora de Belvis, ocupando los alrededores del antiguo asentamiento romano. Tras los visigodos llegan los árabes y con ello la ocupación de estas tierras, que pasan a formar parte de la frontera natural entre los pueblos cristianos del norte y los musulmanes del sur, perteneciendo a la llamada Marca Media y fundándose a su alrededor asentamientos que darán como resultado a poblaciones tales como COEBAÑA, AJALVIR, ALGETE y fortificando anteriores asentamientos como el de PARACUELLOS O TALAMANCA, sirviendo todos ellos como defensa del paso natural que eran los cauces de los ríos y sus riveras como la del rio Jarama. De esta época árabe son las narraciones que nos cuentan las visitas que a la ermita de Nuestra Señora de Belvis hacía San Isidro labrador y su esposa, natural de la cercana Cobeña, Santa María de la Cabeza, tal y como cuentan las tradiciones. Tras la definitiva conquista a los árabes de la zona centro de la península, esta se repuebla y así vamos a encontrar que en la zona de lo que fue la villa romana y posteriormente ermita de Belvis, surge un asentamiento poblacional, Ledesma de Jarama. Es curioso ver como en este momento Belvis de Jarama pasa a denominarse Ledesma de Jarama y no es por otro motivo que porque sus señores, D. Fernando García de Hita el cual se casó con Doña Estefanía de Armengol, poseían Ledesma en Salamanca y estos acostumbraban a poner el mismo nombre a muchas de sus distintas posesiones.
Hacia el año 1190 Ledesma de Jarama, (o sea Belvis de Jarama), pasa a ser propiedad de la Orden de Santiago. Así pues, junto con Cobeña, que también será donada en una tercera parte a la Orden Santiaguina, Belvis es donada también “pos mortem” por D. Fernando Martínez de Hita y su mujer Doña Urraca por la salvación de sus almas.
De aquí damos un salto hasta principios del S. XVIII y es cuando entre 1730 y 1740 el duque de Santisteban D. Manuel de Benavides y Aragón, brigadier de los ejércitos reales, que estaba casado con Dª. Ana Catalina de la Cueva, condesa de Castellar, VII marquesa de Malagón y señora de estas tierras, mandó construir el caserío de Belvis.
Las Descripciones o Relaciones de Lorenzana de 1782 (cuestionario de catorce preguntas al que debían contestar los vicarios, jueces eclesiásticos y curas párrocos del arzobispado de Toledo para recabar información de todo tipo sobre la archidiócesis), ya hacen mención al caserío: “entre la villa de Cobeña y la de Paracuellos se halla un término redondo que se dice de Velvís (sic), propio del Excelentísimo señor duque de Santisteban, que se compone de unas dos mil fanegas de tierra de labrantío y sus prados que baña el río Jarama y, en medio, tiene su casa propia el mismo duque y su ermita, la cual se intitula Nuestra Señora de Velvís (sic), la que dista de esta villa media legua larga”.
El Diccionario Geográfico-Estadístico de España y Portugal, publicado entre 1826 y 1828, por el escritor, periodista, geógrafo, e historiador Sebastián Miñano y Bedoya, afirma que esa finca “produce granos en su deliciosa vega. Es coto cerrado exento de diezmos, tiene una alameda delante de la casa que forma un paseo y una huerta inmediata con muchas legumbres y árboles frutales, ganado lanar, yeguar y de cerda, además del necesario para la labor; un palomar muy poblado”.
Y así podríamos ir relatando más literatura escrita a lo largo de la historia de nuestro vecino lugar de Belvis pues en 1877, se “autoriza a Don Andrés Avelino de Arteaga y de Silva, VII Marqués de Valmediano, para que […] derive del río Jarama la cantidad de 38 litros de agua por segundo con destino al riego de 333 hectáreas de la finca titulada Belvis de Jarama, que posee en el término de Paracuellos, provincia de Madrid”.
O, “Antonio Cantó Téllez, en 1958, describe el caserío como una “granja de pintoresco aspecto por la frondosidad de sus contornos, dedicadas por el duque del Infantado a la industria de vacas”.
El actual propietario del Caserío de Belvis es Don Íñigo de Arteaga y Martín (XIX duque del Infantado, XX Marqués de Santillana, XX Conde del Real de Manzanares y Grande de España). Para terminar ya solo me resta decir que el nombre de Belvis proviene del medievo anterior y su significado es Bella Vista del Jarama, (Bel Vis de Jarama).