POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)
Actualmente están de moda los BULOS, falsedades de toda índole (política, religiosa, social…) que la modernidad llama «fake news» y en Asturias decíamos BOLES, BULISMAES, y en Colunga (y otros muchos sitios), TROLES.
Mi historia de hoy tiene como protagonista una TROLA, una BOLA, con un fondo de verdad, que es el autor del relato de tan mayúscula «fake new».
Fue don Pompeyo Gener (1849-1919) un intelectual catalán doctor en Farmacia, en Ciencias Naturales y en Medicina, gran escritor en temas médicos, filosóficos, teológicos, etnográficos, históricos, literarios y… HUMORÍSTICOS. Y cuando se ponía de humor era un fuera de serie narrando mentiras que parecían verdades. Este es un ejemplo:
Nos cuenta don Pompeyo cómo un antepasado suyo, gobernador de Utrecht en el siglo XVIII, al ver asediada su ciudad por tropas enemigas de España y no tener munición suficiente para defenderla, ordenó fabricar grandes QUESOS DE BOLA, a los que pintó de negro, para con ellos, a modo de proyectiles, alimentar los cañones y disparar contra los asaltantes. Estos, sorprendidos por esa defensa inesperada, se dieron a la fuga aunque, ¡eso sí, degustando con gran placer el «bombardeo quesero».
Sigue ahora otra historia, colunguesa y «de verdá».
Terminada la II Guerra Mundial en 1945 hubo muchas gentes centroeuropeas que, por razones políticas y sociales, emigraron de sus países hacia otros donde deseaban encontrar tranquilidad de vida y posibilidad de realizar su trabajo.
Este fue el caso de dos franceses, los hermanos don Alejo y don Miguel, que, venidos a España, fundaron dos industrias queseras: una en Burgos bajo la dirección directa de don Miguel, y otra en COLUNGA, bajo la responsabilidad de don Alejo al que los colungueses llamábamos cariñosamente «el francés».
Establecieron su quesería en Loreto, en una casa señorial, propiedad entonces de la familia Toyos, de la Riera, a la salida de Colunga hacia Ribadesella, que, después de cerrada esa pequeña industria, fue vivienda del médico don Domingo Muñoz Acera; después almacén de piensos («Cueli»); más tarde, «discoteca-sala de fiestas» (El Camión); luego taller mecánico; y finalmente, en abandono y dada su peligrosidad, hubo de ser derribada.
En la quesería de don Alejo «el francés» se elaboraban tres productos importantes: mantequilla, queso de bola tipo holandés y queso «de agujeros» tipo Gruyere-Emmental. Los tres de muy buena calidad y con gran aceptación de clientela. Esa pequeña industria cesó en su actividad en la década de 1950-60 y con don Alejo y sus sobrinas, Tere y Loli (guapísimas), se disipó otra oportunidad más para el progreso empresarial del concejo.
Quizá esto no hubiera sucedido si don Alejo, hombre soltero, hubiese «sentado» raíces en la villa «transformando» en matrimonio un noviazgo incipiente con una señorita colunguesa a la que él adoraba, pero…
No sigo, señores, que esto no es «Sálvame».
En recuerdo de los quesos de don Alejo «el francés», preparamos en CASA PRUDO estas entradinas-primer plato a base de HUEVOS RELLENOS, ESPÁRRAGOS Y QUESO.
Cocimos 6 huevos, tamaño mediano, y, cortados en dos mitades a lo largo y sacadas las yemas, «aumentamos el hueco» que quedaba en las claras. Esos huecos los rellenamos con una «pasta» hecha con las yemas desmenuzadas, tomate picado muy fino («concassé», dicen los franceses y así queda muy cursi), migas de bonito en conserva y un poco de salsa mayonesa. Un espolvoreo de queso rallado y media aceituna sobre cada «medio huevo» puso fin a este primer paso.
Colocamos los medio huevos rellenos formando corona en un plato-fuente de servicio y en su centro, sobre un lecho de lechuga y tomate, pusimos unos cuantos espárragos (medianos), navarros de Lodosa, complementados con un poco de mayonesa.
Un adorno exterior de hojas de lechuga y trozos pequeños de tomate dio colorido primaveral al plato.
¡Hala, hala! Mañana, en Colunga, ¡a pasear y a trabayar el huertín sin límite de horarios!, que alguna ventaja ha de suponer el tener menos de 5000 habitantes.
Y ya lo saben: anden en MADREÑES, coman ARCINOS, enjuaguen la boca con AGUARDIENTE DE SIDRA y, si fuman, que sea un BUEN PURO.
¡Feliz entrada en la FASE CERO!