POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)
Fue don Antonio Balvidares Argüelles (Sariego 1751-Ceceda-Nava 1792) un personaje singular, rico de por casa, alegre, jovial, bromista… y buen poeta «en asturiano».
Como este jueves pasado debía celebrarse la fiesta de la Ascensión («Tres jueves hay en el año/ que relucen más que´l sol: / Jueves Santu, Corpus Christi/ y el día de la Ascensión»… como así decía el cantar) y ahora se «traspasó a domingo», pues se me ocurrió dar una «lecturina» a su poema «Vida,Pasión y Muerte de Jesucristo».
Dice así en sus últimos versos: «Yo lu allugaré en mio casa, / y non i faltará el quesu, / la cecina y el tocín, / les fabes, BOROÑA y sueru, / Todu será de vusté, / la vida, el pan, el dineru…/Que e llarga la voluntá, / si e cortu el gasayamientu».
LA BORONA, como la famosa morcilla de Baltasar del Alcázar, el poeta sevillano del siglo XVI, es GRAN SEÑORA DIGNA DE VENERACIÓN. Y si está PREÑADA, la veneración se transforma en herética adoración.
Antiguamente, antes de «venir» las cocinas de carbón -las llamadas «bilbaínas» – la borona se cocía en el rescolde del llar cubierta con hojas de castaño o de berza con brasas por encima; o, también, se cocía en la forna del pan una vez bien arroxada con ramas de árgoma (cotolla,toxo), de roble o de castaño.
TORAZU, en Cabranes, sabe mucho sobre elaboración de boroñes en la forna y mañana domingo, impídalo o no el tiempo, lo va a demostrar a su fiel clientela visitante.
Y recuerden: para degustarla con arte no debe cortarse en cuñas: se corta la parte superior (el «sombrero») y, así, queda al descubierto el tesoro nutricio (compangu) que encierra; después, ya sí, se trocea según solicite cada comensal.
¡Ah!, ¿Que prefieren ir a Oviedo a la feria de la Ascensión?
Pues nada, ¡ a ello! y hagan como Bernaldu Lamiana y Pachín de Perán, los personajes de José Napoleón Acebal (1806-1879), comiendo en la plaza del Fontán: «Dempués, sentadinos, / como quien lo antiende /allí onde se viende/ la grasa y tocín, / vilos esmorgando / en una escudiella/ fabes y morciella/ y un pan de copín».
Y recuerden: SIEMPRE ALEGRES PARA HACER FELICES A LOS DEMÁS.