MARÍA TERESA CABRERA ORTEGA, CRONISTA OFICIAL DE VALSEQUILLO DE GRAN CANARIA, BASA SU TEXTO EN EL CUADRO ‘LA CAMPESINA’

En la tarde noche del jueves, 11 de julio, se llevó a cabo la XVI edición de los Escritos a Padrón, en la Sala de la Casa Museo Antonio Padrón Centro de Arte Indigenista. La velada, que se inicia algo después de las 20:00 horas, da comienzo con las palabras de su director, César Ubierna. Durante su intervención realiza un breve recordatorio de lo que son los Escritos a Padrón, como una suerte de itinerario de ida y vuelta del papel que jugó en vida Antonio Padrón en el ámbito de las letras canarias. Quien, según palabras del director, siempre estuvo presente con su obra gráfica en muchas de las obras literarias de la época. Por otro lado, enfatiza en lo que han sido las quince ediciones que preceden a la que iniciaba con sus palabras. Da cuenta de las distintas personas, que desde ópticas bien diversas, se han acercado con sus textos a la obra del pintor galdense. Finalizada su intervención, da paso al quien va a ser el maestro de ceremonias de la velada, Manuel Díaz. De su presencia expone, que no es la primera ocasión de su colaboración para enlazar las distintas intervenciones, con una breve semblanza de quienes leerán a continuación sus textos. Entre las novedades de esta edición, cabe destacar la presencia de dos intérpretes de lengua de signos, para contribuir a la comprensión de las posibles personas sordas allí presentes.

Se inicia el turno de las intervenciones, y es Cristóbal García del Rosario el que comienza. El cuadro elegido para la ocasión representa un paisaje agrícola, donde se muestran las cucañas y la división de las parcelas, sin perder de vista las cabras. Pues bien, a partir de ahí, como buen profesor de Arte, hizo un pormenorizado análisis de la obra, haciendo hincapié en otros aspectos relacionados con el pintor de Gáldar. De la trayectoria de García del Rosario glosó Manuel Díaz.

La siguiente en intervenir, previa semblanza de Manuel Díaz, es María Teresa Cabrera Ortega, cronista oficial de Valsequillo de Gran Canaria, que basa su texto en el cuadro La Campesina. A partir de ello, dando evidentes muestras de su pericia como Cronista, lo es del municipio de Valsequillo, nos trasladó a todas esas vivencias que se reflejan en la pintura de Antonio Padrón a la que dedicaba su texto. Llevó a cabo un detenido repaso a todas y cada una de las costumbres canarias, que son palmarias en muchas de las pinturas de Padrón.

El tercero en participar, a quien también introdujo Manuel Díaz, fue Guillermo Perdomo, director de la Casa Museo Tomás Morales y estudioso, entre otros del poeta Pedro Perdomo. Pues bien, a una obra de Antonio Padrón, propiedad de aquel dedicó su intervención. En el cuadro estaban presentes las casas terreras, los camellos, las barcas varadas, etc., en el detalle de dicho cuadro se detuvo y fue diseccionando los distintos elementos presentes en el mismo. Dejó una duda en el aire, no otra sino el cómo había llegado la obra de Antonio Padrón hasta la casa de Pedro Perdomo. Planteó diversas hipótesis al respecto que para el futuro quedan, hasta que encuentre respuesta tal interrogante.

A continuación, Manuel Díaz da paso a la cuarta de las participantes, Saro León, responsable de la Galería de Arte del mismo nombre. Inicia su intervención poniendo en antecedentes de cuál es su papel en el mundo del arte, que según expuso no es sino el de la divulgación. El cuadro elegido, ella dice que son los cuadros quien te eligen, es uno en que figura un niño sentado en la playa con un barco de vela. A pesar de, según expresó, estar peleada con las palabras, dio muestras de su experiencia y expuso su interpretación de la obra, con atinada expresión.

A José Luis Correa, a quien también introdujo Manuel Díaz, le correspondió según su elección Las santiguadoras. En torno a ello, dando evidencias de su maestría como escritor de dilatada obra, conmovió a quienes escuchaban con un relato de desenlace al modo de la novela negra, de la que es versado. Al final, desveló quien tuvo la osadía de acabar con la santiguadora. Para saberlo, habrá que leer su texto, claro está, que no se trata de destripar el final. No se ciñó a la simple lectura, antes al contrario, la suya fue una dramatización del texto.

Manuel Díaz esboza brevemente el perfil de la siguiente en intervenir, Luisa del Rosario, periodista. Se detuvo en un cuadro, bueno dos, porque aunque el motivo es uno, son dos los cuadros, La cena de mujeres. Haciendo gala de su profesión y dando muestras de la necesaria defensa del papel de la mujer, realizó una crónica de la Gáldar de la época en que se pintó el cuadro, enfatizando en la intervención de aquella. A lo largo del texto, en el hizo referencia a obras fundamentales del feminismo, puso en evidencia la defensa que de la mujer en general y la rural en particular, hiciera Antonio Padrón al dejarlas reflejadas en su obra.

El poeta cubano, Erich Estremera, que eligió el cuadro de título El rayo verde, según expuso el texto que presentaba es un poema dedicado a Rosa María Martinón. Eso sí, basado en dicha obra de Antonio Padrón. También en su intervención, correspondió a Manuel Díaz la presentación del mismo.

El último texto de la noche, que iba dedicado a un cuadro donde la fiesta es el centro del mismo, en el que se ven dos mujeres con sendas ruletas y otras, en actitud festiva, asomadas a un balcón, responde a la autoría de Mª Carmen Reina Jiménez, de quien Manuel Díaz dio cumplida cuenta de su currículo. Se trataba de un relato, en torno a dicho cuadro, de cómo había llegado, a las manos de la protagonista de aquel, el referido cuadro. La lectura estuvo a cargo de Maruja Salgado, quien mostró sus excelentes dotes a la hora de dramatizarla.

Durante el acto, una vez finalizada cada una de las intervenciones, César Ubierna, obsequió a quienes participaban en la XVI edición de Escritos a Padrón con la reproducción de la pajarita, de la que es autor Antonio Padrón. Con el obsequio realizaba un breve comentario relacionado con el texto expuesto. La organización del acto corrió a cargo de Héctor Moreno Mendoza.

Finalizadas todas las intervenciones, tanto el público como quienes participaron se acercaron al patio de la Casa Museo, a continuar departiendo sobre lo allí acontecido con una copa y unos enyesques. La noche era propicia para ello.

Fuente: https://www.infonortedigital.com/ – Leonilo Molina Ramírez