POR GUILLERMO FERNÁNDEZ RABADÁN, CRONISTA OFICIAL DE VILLAS DE LA VENTOSA (CUENCA)
En este nuevo artículo se pretende aportar algunos datos y dar unas pequeñas pinceladas sobre la presencia del carlismo en la Alcarria conquense durante esas décadas tan complicadas del siglo XIX en España. Para ello, se ha utilizado como material básico el prólogo que escribí para el libro Nicolás Segovia y el carlismo en las zonas rurales del territorio conquense, escrito por mi buen amigo David Gómez de Mora y publicado recientemente.
El carlismo fue un movimiento de carácter político, antiliberal, tradicionalista y legitimista surgido en el siglo XIX en España, teniendo como puntos vitales para su entendimiento, además de la sucesión de Fernando VII, la concepción de una vida en la que se defendía un régimen absolutista tradicional con un ideario resumido en su lema “Dios, Patria, Rey”, basado en la legitimidad dinástica, la monarquía tradicional, la tradición católica, los derechos forales de las regiones no afectadas por los Decretos de Nueva Planta implantados durante el reinado de Felipe V y el rechazo al liberalismo económico.
Los partidarios carlistas pertenecían a sectores conservadores que veían con gran preocupación el camino que tomaba el país hacia el liberalismo. El enfrentamiento que tendría lugar fue una lucha entre dos concepciones políticas, religiosas y sociales. Durante el siglo XIX se producirían tres episodios entre ambas partes: la primera guerra carlista (1833-1840); la segunda (1846-1849), y la tercera (1872-1876), llegando hasta el reinado de Alfonso XII, hijo de Isabel II.
En el caso de la provincia de Cuenca es muy interesante la aportación realizada por autores, como el citado más arriba, que presenta una situación con una presencia del carlismo más importante de lo que se ha podido pensar durante el siglo XX, donde quedaba prácticamente establecido que sus seguidores eran realmente una minoría. La toma de Cuenca en 1874 por las tropas carlistas, episodio también conocido como “El Saco de Cuenca”, influyó durante varias generaciones en la imagen que se dio de los seguidores del carlismo.
Durante la primera guerra carlista en Castilla la Nueva se registraron movimientos de sus seguidores en Ciudad Real, Cuenca y Albacete, siendo seguramente la partida más importante la de los hermanos “Palillos”1, formada por jinetes y bastante numerosa en comparación con otras partidas manchegas.
Realizando investigaciones sobre la historia de la comarca encontré un interesante episodio ocurrido en esta primera guerra en los límites de nuestro municipio, concretamente entre Sotoca, Culebras y Cuevas de Velasco.
El 12 de enero de 1838 el general carlista Basilio Antonio García y Velasco, que había partido de Navarra con cuatro batallones y dos escuadrones, se encontraba intentando organizar y unificar un ejército carlista central. Desde La Rioja, el general cristino Ulibarri consiguió dar alcance con su división a los carlistas en Sotoca, dando lugar a un enfrentamiento2 que se prolongó hasta las proximidades de Cuevas de Velasco, donde llegaron varios heridos del ejército carlista, uno de ellos el alemán Augusto Von Goeben, más tarde teniente general prusiano, quien escribió un libro titulado Cuatro Años en España, en el que describe lo allí ocurrido y que detalla cómo fue posteriormente trasladado a Cuenca donde pasó varios meses en el hospital, atendido también por el obispo y por una agraciada joven carlista. Como hipótesis de la localización de este enfrentamiento, existe un paraje en los límites de Culebras, Sotoca y Cuevas de Velasco llamado Valdelaguerra.
En esta primera guerra carlista conviene resaltar, por su relación con los condes de La Ventosa, la figura de Pedro de Alcántara Álvarez de Toledo y Palafox3, marqués de Villafranca, diplomático español que tuvo un papel destacado en las relaciones exteriores del bando carlista, ostentando la representación del pretendiente don Carlos en las cortes de Viena y San Petersburgo. El hijo del marqués, Alonso Álvarez de Toledo y Silva, contrajo matrimonio con Genoveva de Samaniego y Pando, condesa de La Ventosa.
En 1848, durante la segunda guerra carlista hay constancia de un episodio ocurrido en Villanueva de Guadamejud, donde varios vecinos de Huete salieron en persecución de siete oficiales carlistas que se encontraban en Mazarulleque y que fueron capturados en la primera población citada.
Años más tarde, durante el llamado Sexenio Democrático y finalizado el reinado de Isabel II, se formó un Gobierno Provisional hasta la convocatoria a Cortes Constituyentes de 1869, que elaborarían y aprobarían la Constitución de la nueva monarquía en la que se eligió por votación al rey Amadeo I. En este contexto político, en una ciudad arquetípica de la España rural como Cuenca, la presencia carlista era evidente y pública. Sus seguidores paseaban y hacían ostentación de sus ideas llevando su simbólica margarita en el ojal.
En Cuenca, la Revolución de 18686 apenas tuvo repercusión pública. La polarización de ideas se hizo evidente en 1869, organizándose la Comunión Católica-Monárquica. La presencia de carlistas con la margarita era de carácter público, incluso se llegaron a detener a diecisiete personas por dar vivas al general Cabrera. Al acercarse las elecciones a Cortes Constituyentes la tensión aumentó en gran medida, sirva como ejemplo lo publicado por el periódico La Esperanza, indicando que las casas de los católicos fueron señaladas con una cruz roja, además de letreros escandalosos y amenazadores.
Entre los apoyos más firmes a la causa carlista estaban los del obispo de Cuenca Miguel Payá, que obtuvo un acta de senador por la provincia de Guipúzcoa dentro de una candidatura carlista, y el del político Severo Catalina, ministro de Marina y Fomento poco antes de la Revolución de 1868, y que manifestó su adhesión al pretendiente carlista Carlos VII, tal y como este último anotó en su diario.
Al llegar el obispo a Cuenca después de la suspensión de las sesiones en el Senado, y coincidiendo con el Corpus, la Juventud Católica organizó un acto público de adhesión a los principios tradicionalistas, una demostración contrarrevolucionaria, adornando balcones y calles, reuniéndose junto a la catedral unas 3.000 personas que entraron en ella cantando el Te Deum.
Ante esta demostración se produjeron disturbios por parte de sus opositores con actos vandálicos y pedradas, incluso con algunos disparos contra balcones y la fachada del palacio episcopal.
En las elecciones municipales de diciembre de 1871 consiguieron ganar los partidarios carlistas, y en 1872 realizaron una coalición gubernamental entre carlistas, radicales y republicanos ante las elecciones a Cortes, resolviéndose las tensiones de manera pacífica. El candidato carlista Manuel García Rodrigo salió vencedor, pero no llegó a recoger su acta por la insurrección decretada por el pretendiente que puso fin a la estrategia legal que representaba la Comunión Católico-Monárquica.
En octubre de 1873, el militar carlista José Santés entró en Cuenca, y el año siguiente se produciría la toma de Cuenca por las tropas de Alfonso Carlos de Borbón, siendo apoyado por el carlismo local.
El ambiente descrito en la capital no era exclusivo de ella, existiendo constancia de movimientos carlistas por otras partes de la provincia, como en la ciudad de Huete, donde en agosto de 1869 se descubrió una conspiración carlista próxima a estallar, habiéndose encontrado algunas boinas y siendo detenidas tres personas, entre ellas un sargento de la Guardia Civil.
Las partidas del carlista José Santés tuvo una importante presencia en Cuenca. Una facción de Santés mandada por Francisco Vallés y formada en gran medida por conquenses recorría la zona con el propósito de establecer su centro de operaciones en Cañete. En abril de 1874 recorrió Pajaroncillo, Carboneras, Monteagudo, Campillo de Altobuey, Buenache de Alarcón, Santa María del Campo, Talayuela, Rada de Haro, Belmonte, Belmontejo, San Lorenzo de la Parrilla, Loranca y Olmedilla.
La facción del carlista José Valiente se encontraba el 29 de abril en Naharros, continuando por Cabrejas, Villar del Horno y Valdecolmenas. El día 1 de mayo de 1874 los carlistas se encontraban en La Ventosa7. El brigadier Calleja, jefe de la 3ª brigada del Ejército del Centro iba tras los pasos de Valiente, pero esperó antes de bajar al valle hacia La Ventosa con motivo de reunir la caballería y la infantería.
Según se indicó más tarde en el parte oficial cristino los carlistas marcharon hacia Bólliga y ante la cercanía de Calleja marcharon de allí apresuradamente dejándose sobre la mesa del recaudador 12.000 reales que habían exigido al pueblo de La Ventosa, los cuales fueron recogidos por los comisionados que los llevaron y fueron restituidos a sus dueños.
Hay que tener en cuenta que estos datos fueron ofrecidos por el bando cristino, por lo que no hay que descartar que esa cantidad de dinero fuera “facilitada” sin mucho impedimento a los carlistas y reclamada por sus propietarios en origen tras ser informados de su abandono. Al parecer, las tropas de Calleja descansaron en Bólliga hasta la medianoche y a continuación marcharon hacia Albalate de las Nogueras, donde amanecieron.
La persecución siguió hasta el puerto de Monsaete, entre Cañamares y Cañizares, donde tuvo lugar el enfrentamiento armado. Gran parte de la facción de Valiente consiguió atravesar Puente de Vadillos y dirigirse hacia Beteta, pero tuvo unos cincuenta fallecidos entre sus filas y un número de heridos sin determinar. A pesar de las bajas, la facción de Valiente estaba compuesta de unos 500 hombres, a lo que había que sumar la de Pechuán, de un número similar, y que se concentraban cerca de Beteta, cuyo castillo intentaban reparar.
Después de todo lo expuesto anteriormente, queda patente que el carlismo tuvo importancia en la provincia de Cuenca, y pequeños artículos como este, y libros como el citado al principio, seguramente podrán aumentar nuestro interés sobre el carlismo en la provincia, que forma parte de nuestra historia, independientemente de la ideología que se tenga.
Dejando a un lado las grandes poblaciones como la capital, donde hay factores algo diferentes a las zonas rurales, la sociedad existente durante esas décadas era eminentemente rural, con grandes terratenientes que aglutinaban la mayor parte del territorio, con una presencia innegable de la iglesia que afectaba a toda la sociedad, con unas élites locales que pugnaban por ser poseedores de capellanías fundadas siglos atrás por antepasados suyos, por tener opción a mayorazgos, etc. Es decir, una sociedad en la que el carlismo probablemente tuvo más aceptación de la que parece que tuvo.
1 La Partida de Palillos y su Estandarte, 1833-1840. Por Íñigo Pérez de Rada Cavanilles. Disponible en web: http://www.lavoz.circulocarlista.com/historia-del-carlismo/historia
2/lapartidadepalillosysuestandarte1833-1840
2 Sobre este enfrentamiento y sobre el general Von Goeben es interesante leer lo siguiente: VON GOEBEN, A. Cuatro años en España (1836-1840). Los Carlistas. Su levantamiento, su lucha y su ocaso. Esbozos y recuerdo de la guerra civil. Editorial: Diputación Foral de Navarra / Institución Príncipe de Viana, Pamplona, 1966;
Batalla de Cuevas de Velasco, blog http://cuevasdevelasco.blogspot.com/2017/06/batalla-de-las-cuevas de-velasco-undia.html,
Gaceta de Madrid, nº 1319, Sábado 30 de junio de 1838. Partes;
RUIZ HERNÁNDEZ, L., El general alemán Augusto Von Goeben, Revista de Historia Militar, Año IV, nº 7, año 1960, páginas 91-116. Servicio Histórico Militar del Estado Mayor Central.
3 Real Academia de la Historia. Biografía de Pedro de Alcántara Álvarez de Toledo y Palafox. Disponible en web: https://dbe.rah.es/biografias/32378/pedro-de-alcantara-alvarez-de-toledo-y-palafox 4 Gaceta de Madrid, nº 5022, de 13/06/1848. Página 1.
5 Margaritas carlismo. Historia de las “Margaritas”, con origen en la esposa de Carlos VII, doña Margarita. Disponible en web: http://coleccindemedallas-serteco.blogspot.com/2011/08/margaritas carlismo.html
6 HIGUERAS CASTAÑEDA, E., Radicales contra carlistas. La lucha por el espacio público en Cuenca durante el Sexenio Democrático (1868-1874). Universidad de Castilla-La Mancha. Revista de Historia Constitucional, nº 20. 2019. Disponible en web:
http://www.historiaconstitucional.com/index.php/historiaconstitucional/article/view/592/pdf_61
7 Guerra Carlista de 1869 a 1876, por el Cuerpo de Estado Mayor del Ejército. Tomo XIV. Imprenta y litografía del depósito de la guerra. Madrid. 1889.
FUENTE: https://docs.google.com/document/d/1B0eYHqK0HQ8vbilDweJ_nLCOvheDAR83n8GTWHtRgTw/edit