POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)
Siempre fui un «pejigueras», como así me calificó en su día el presidente de ASPET, y ahora, ya de viejo, mucho más. Que soy un «tiquismiquis», ¡vaya! Un «pesao», un pelma, un coñazo…
Por cierto, ¿por qué se califica como COÑAZO a lo que no es agradable y se dice COJONUDO a lo que nos es placentero?
Espero la interpretación de feministas y de machistas.
Ayer lunes asistí a la presentación en Gijón de la FESTA DO PULPO en CARBALLIÑO (Ourense), durante la segunda semana de agosto.
He de confesar que lo pasé muy bien, que hice nuevos amigos, que me reencontré con el cariño de antiguos alumnos míos, que charlé por los codos y que comí, entre otras delicias, un pulpo riquísimo.
Y, claro, ya entré en conflicto de discusión a cuenta del cartel anunciador: ¿FESTA DO PULPO o FESTA DO POLBO?
El pulpo, como escribió Jorge Víctor Sueiro, es el marisco totémico de los gallegos porque «non ten osos, nin espiñas, nin cascas, nin tonas, nin carabuñas… ¡Todo e carne!- ¡E qué carne…!
Álvaro Cunqueiro se lamentaba en su «A Cociña Galega» (Galaxia. Vigo 1983) con estas palabras: O PULPO, ou polbo que aínda lle chaman, pero a verba PULPO impuxose case que de todo, agás nalgúns lugares mariñeiros…».
Y aquí viene mi duda y mi base de discusión: ¿Qué es más correcto para un gallegoparlante: decir O POLBO o decir EL PULPO?
Yo me quedo con la primera opción.
«Denantes -y sigo con cita de Cunqueiro- o máis do POLBO que se comía nas feiras da GALICIA INTERIOR era de media cura ou de cura enteira, e agora o máis e conxelado. Chegaba a Sarria ou ao CARBALLIÑO, de Mugardos, de Bueu, de Muros, da Arousa…».
Era un «pescado» cecial, curado al aire «a beira do mar y «hai lugares, como Carballiño o Bueu, que lle celebran festa. Noutros tempos era Arcos, na vecindade do Carballiño, que era de OSEIRA, onde estaban a flor das polbeiras, do polbo curado beira do mar, ao sol e ao vento. No Carballiño entenden tanto de polbo como en Lugo, en Sarria ou en Lalín e Silleda».
En fin, ¿para qué más citas?
Yo me quedo con O POLBO. Y para acompañarlo un joven vino tinto de Ribeiro, que le va mejor que el blanco. Y si no hay Ribeiro, muy bueno es el asturiano de Cangas.
Para calmar mi cuerpo -porque mi alma estaba calmada con las nuevas amistades que hice- preparé hoy unos fritos de coliflor al aroma de manzana.
Vamos a llamarlos BUÑUELOS, que queda más «seductor».
Cocí en agua con sal la coliflor una vez troceada en los «cogollinos» propios de su meristemo floral hipertrofiado (¡hala, qué cursilada les «espeto»!). Ya cocidos y fríos, los dejé un poco al aire para que pierdieran su olor característico debido al sulfuro de dimetilo (¡otra payasada mía!) que poseen.
Después, rebozados en harina y huevo batido, los freí en aceite de oliva virgen, «LA NIÑA DE MIS OJOS», en la que previamente doré unos finos gajos de manzana de «pumarada» asturiana.
Y aunque no lo crean, de manzanina asturiana ya coloradina. Lo dice el cantar:
.-Colorada es la manzana
del lado que le da el sol-
Del lado que no le da
blanca tiene la color.
¡¡¡Feliz y añorada Galicia!!!