POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)
Déjenme que les cuente cosas celestiales.
El significado de ángel -del griego anggelós- es el de mensajero, enviado a alguna misión, nuncio.
¿Recuerdan que el rezo del ángelus empezaba diciendo «El Ángel del Señor anunció a María…» (Angelus Domini nuntiavit Maria…)?
Dicen los que saben de religión católica que los ángeles son espíritus celestiales creados por Dios para su alabanza eterna y, de paso, para colaborar con El en sus designios providenciales. Desde es el IV Concilio de Letrán la Iglesia Católica admite que los ángeles fueron creados sin mancha ni pecado alguno, siendo totalmente espiritual su naturaleza.
Más aún. Santo Tomás de Aquino explica que cada ángel tiene esencia en sí mismo, no siendo igual a otro ni en su naturaleza ni en su estado de gracia («Omnis angelus est tota species in seipso».
Los teólogos diferencias «nueve grados» de ángeles: arcángeles, ángeles, querubines, serafines, principados, potestades, tronos, dominaciones y virtudes.
¿Y cómo representar «material o visualmente» a estos espíritus celestes?
La idea o modelo más extendido se debe a los pintores renacentistas italianos.
Trátase de seres más bien niños, muy bellos, rubios con irisaciones blancas , de aspecto rollizo, con ojos muy claros y dotados de una sutil espiritualidad manifestada por unas alas al viento.
Insisto en el cabello angelical: rubio con irisaciones blancas, rizado, suave, … como diciendo ¡cómeme!
Pues esa, amigos míos, es la realidad hecha dulce de los filamentos de la pulpa de la «calabaza confitera», «calabaza de cidra» o «calabaza decabello de ángel»; una variedad de la Cucurbita máxima Duch, que ahora está en pleno momento de recolección.
Y ahora viene lo difícil: la elaboración del cabello de ángel.
Corten la calabaza en trozos grandes y eliminen las pepitas (semillas) y fibras amarillas de su parte interior. Coloquen los trozos en una cazuela con agua y cuezan durante una hora y media a fuego moderado y constante.
Dejen enfriar y con cuidado seleccionen la pulpa filamentosa y báñenla en reposo de agua fría durante un mínimo de 5 horas.
Escurran bien y agreguen, por cada kilogramo de pulpa, un almíbar a punto de hebra preparado con un litro de agua, 1,5 kg de azúcar, una ramita de canela y un poco de piel de limón. Cuece todo a fuego moderado durante 4 horas, removiendo con frecuencia con cuchara o paleta de madera.
Este dulce se conserva en tarros de vidrio muy limpios y esterilizados al baño maría.
NOTA.- Las calabazas de cabello de ángel deben confitarse pasados unos meses (más de 6) de su recolección.
Con este cabello pueden rellenarse empanadillas, empanadas, tartas, canutillos…