EL NOMBRE DE LA CAPITAL CACEREÑA SE ENCUENTRA PRESENTE EN VARIOS PAÍSES, SEGÚN CUENTA FERNANDO JIMÉNEZ BERROCAL, CRONISTA OFICIAL DE CÁCERES
Centenares de ciudades comparten nombre a un lado y otro del Atlántico. Tras el descubrimiento de América, fueron muchos los colonizadores que quisieron encontrar un pedazo de su antiguo hogar en aquel mundo desconocido u otorgarle a su tierra un nuevo espacio en los mapas.
Otros optaron por alimentar su propio ego concediéndoles a las nuevas poblaciones sus apellidos. Extremadura posee muchos topónimos repetidos a lo largo y ancho del mundo: Mérida en México, Trujillo en Perú… Y Cáceres no es la excepción. La ciudad ha dejado su impronta en países como Colombia, Brasil, Venezuela y Perú.
El capitán Gaspar de Rodas, natural de Trujillo y gobernador de la región de Antioquia, quiso honrar a la ciudad de las cigüeñas con un enclave en el Nuevo Mundo.
En 1576 fundó la futura Cáceres colombiana bajo otro nombre: San Martín de Cáceres. A pesar de su temprana creación, este antiguo conjunto de ranchos no consiguió su municipalidad hasta 1903. Debido a la cantidad de oro que albergaban sus alrededores y engrosaron las arcas españolas, recibió una cédula real de parte de Felipe II en 1583.
>La conocida como ‘capital católica del Bajo Cauca’ comparte algo más que nombre y gentilicio con la ciudad extremeña. Sus escudos son prácticamente idénticos.
Sobre un fondo rojo y blanco un león, símbolo de la fortaleza de los cacereños, y una iglesia, represantante del respeto hacia Dios, acompañan a una corona en memoria de los reyes de Castilla, tal y como indica la página web del ayuntamiento colombiano.
La naturaleza del nombre de la ciudad brasileña, la Cáceres de más nueva creación, no está directamente relacionada con su homónima extremeña. Ubicada en Mato Grosso, fue fundada oficialmente en 1778 como Vila Maria do Paraguay en honor a la reina Maria I de Portugal y al río que baña sus costas, el río Paraguay.
Aunque con una pequeña variante en su nombre, Venezuela también cuenta con su propia Cáceres. En 1577, el capitán Juan Andrés Varela fundó Altamira de Cáceres, actual parroquia de la ciudad de Barinas.
Declarada sitio de valor histórico por ser la ciudad primigenia del estado de Barinas, debe su nombre a dos razones distintas: Altamira por su situación estratégica en una colina; Cáceres en honor a quien le confirió al capitán Varela la capacidad de fundar nuevas poblaciones, el gobernador Francisco de Cáceres, natural de Alcuéscar. Esta pequeña aldea de arquitectura colonial y casas coloridas sirve como punto de partida para disfrutar de la Cascada del Silencio, una de las atracciones turísticas naturales de Venezuela.
En Perú no encontraremos una ciudad, sino todo un distrito bajo el nombre de Cáceres. Creado en 1886, debe su denominación a su fundador, el presidente Andrés Avelino Cáceres, militar peruano de dilatada experiencia.
La existencia de tal cantidad de territorios unidos por un mismo nombre diseminados por el mundo hizo surgir hace años la idea de crear una serie de lazos de cooperación.
Entre 2009 y 2010 comenzó a fraguarse un proyecto para crear una red solidaria de ‘Cáceres del Mundo’ de la mano de Fernando Jiménez Berrocal, responsable del Archivo Municipal de Cáceres, y la ONG ‘Estrategias para el Desarrollo’.
Al calor de la candidatura a la capitalidad cultural europea de 2016, el objetivo era organizar actividades tanto educativas como culturales y empresariales entre las distintas ciudades que comparten el mismo nombe.
La piedra angular de este proyecto sería la Cáceres española. Pero el proyecto iba más allá. La intención de conectar esta red con el distrito peruano también se encontraba sobre el tablero.
Sin embargo, este plan, que buscaba difundir la trascendencia que pudo tener Cáceres en los procesos colonizadores y poner en boga su importancia cultural, quedó olvidado por la no obtención de la capitalidad cultural y posteriormente por la crisis en las arcas públicas.
A día de hoy, se han establecido contactos con dos de estas ciudades: un encuentro con responsables de la Cáceres brasileña en Fitur, quienes mostraron un gran interés, y conversaciones telemáticas con la Cáceres de Antioquía, la más vinculada a la extremeña.
Iglesia de San Francisco en Naga (Filipinas)
Jiménez Berrocal opina que este tipo de cooperación, al igual que el programa ciudades hermanadas, podría aportar grandes beneficios a la ciudad. Tras alejar el fantasma de la crisis, aún hay esperanzas de que todo salga adelante. JUDITH J. BOLÉ
Fuente:https://www.hoy.es/caceres/caceres-alla-extremadura-20180730000400-ntvo.html