POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)
Martes de antroxu, preludio a los días penitenciales de la Cuaresma cuyas puertas abre mañana el MIÉRCOLES DE CENIZA.
Martes que culmina su exponente festivo con el clásico «Entierro de la Sardina»; cosa que nunca entendí puesto que la Cuaresma, en cumplimiento a la abstención de carnes, supone la exaltación de los pescados y, entre ellos, las sardinas.
Creo yo que, más que «entierro» se trata de una exhumación.
Me pasa igual que con el Ducado de VERAGUA, título del reino con Grandeza de España concedido el 19 de enero de 1537, por Carlos I, al nieto de Cristóbal Colón don Luis Colón y Toledo.- ¡Demonios!.
Si don Cristóbal, el Almirante, descubrió un nuevo continente, el título de nobleza debiera ser DUQUE DE VERTIERRA, no de Veragua.
¡Comidas de Antroxu! En un intento, muy plausible, de rescatar y fomentar tradiciones las hemos reducido a unos platos , realmente significativos, pero que han arrinconado a otros no menos tradicionales y «contundentes». Y así, en Asturias, hacemos gala del «pote de antroxu», de los «callos» o el «picadillo», de los «frixuelos»… y poco más.
Antiguamente era muy típica en el occidente -quizá por costumbrismo heredado de Galicia- la CABEZA DE CERDO, que llaman «cachola», «caramietsa», «caramiecha», «caramiella», «calamona», «cacheira», «cachela», «cachaza», «cachucha»… Bien cocida con puerros, zanahoria, ajo, cebolla, aromatizada con laurel y servida caliente en abundancia… es manjar para empezar a comer a mediodía y terminar a la hora de la cena.
¡Sí, señores, sí! ¡A rescatar la CACHUCHA DE ENTROIDO!
Y ahora los postres, que, como les dije, hemos limitado a frixuelos (fayueles), casadielles, arroz con leche…
Estamos olvidando las FLORES DE SARTÉN, tan variadas en «rizos y festones», las ORELLAS DO PORCO que, por su aspecto retorcido después de la fritura, algunos llaman ORELLAS DE FRADE (Orejas de fraile); las FOLLAS DE LIMÓN, con su aroma y sabor a limones frescos…
Preparemos hoy unas flores de sartén:
Batiremos dos huevos con unos 150 g de harina, mezclando bien. Este batido se agrega a dos vasos de leche caliente (tirando a templada) aromatizada con piel de limón canela en rama (que se retiran), removiendo bien hasta lograr una masa ligera y cremosa.
En ella, previamente engrasado en el aceite de fritura y caliente, se introduce el molde «de flores» y se lleva a la sartén para que suelte la «pasta ya frita». Las flores, dispuestas en fuente, se espolvorean con abundante azúcar.
NOTA.- El molde se debe impregnar con la pasta hasta, aproximadamente, la mitad de su altura.