POR PEPE MONTESERÍN CORRALES, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)
No estuve en Sumatra, tampoco en Java, pero pude probarlo en el Monmouth Coffee, en 2 Park Street, Londres. Estoy refiriéndome al Kopi Luwak, excremento de civeta.
Este mamífero asiático, parecido a un gato, come semillas de café, sólo los granos más rojos, en su punto perfecto de maduración, y sin haberlos digerido del todo, tras fermentarlos con sus ácidos y enzimas estomacales, los defeca.
Los cosechadores seleccionan entre las heces el mejor grano, lo limpian primorosamente, como acá hacemos con los callos por ejemplo, y lo tuestan.
¿Cómo sabe? Si hace poco escribí aquí sobre la sidra de hielo, que tiene un cierto sabor a podrido, delicioso, en este caso se trata de un incierto sabor a moho y a tofe que quita el sueño; lo quita por su sabor extraordinario y porque un cafelito cuesta 40 libras, unos 46 euros. Eso sí, más caro salía Les Luthiers en el Auditorio, y la última vez que fui a verlos me dormí.
Fuente: https://www.lne.es/blogs/la-mar-de-oviedo/cafe-de-caca-de-gato.html