POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, COLUNGA (ASTURIAS)
¡Hombre!, dicho así, y para quienes desconocen el habla de Boal (comarca occidental asturiana), pueda pensar alguno que intentamos promocionar algún guiso «alucinante» con materia prima… digamos que «sospechosa».
Pues no se asusten, en este caso lo «alucinante» del guiso radica en su sorprendente realidad, en la que uno de sus ingredientes es «eso» que , cuando vamos a la compra, mandamos «cortar y tirar».
Vamos a la frutería, al supermercado, a la tienda de la esquina… para adquirir unas cebolletas tiernas y frescas; esas que se ofertan en manojos de tres o cuatro piezas y que, para garantizar su frescura, se presentan con sus hojas verdes. ¿Qué solicitamos del frutero?… Pues que corte y tire esas hojas verdes que «no sirven para nada».- Amigos lectores, ya hemos llegado al «quid», al «busilis», de la cuestión : esas hojas verdes de cebolla y/o de cebolleta son lo que en Boal (Bual, en asturiano) llaman PORRETOS.
María Teresa López, boalesa e hija del poeta local Benjamín López, es autora de un precioso libro -joya culinaria donde las haya – titulado DENDE A LLAREIRA CON SEÑARDÁ, editado por Fundación Nueva Asturies, Gijón 2009.
Dice en la receta para este guiso,que se elabora del mismo modo que se sigue para el «caldo» o pote de berzas (patatas, alubias, compango…) pero cambiando las coles o berzas por «porretos». Y aconseja: «Coyer un porreto o dous de cada cebolla, abrillos pa mirar que nun teñan porqueiría ou bichos dentro, llavallos ben, picallos como si fosen berzas o rabizas y botar al caldo».
Señoras y señores -como diría Jaime Peñafiel- estamos en crisis de dineros y de valores (de Bolsa y de los»otros», que llamamos espirituales y de conducta); el CALDO O POTE DE PORRETOS es un ejemplo de ahorro. Les confieso que nunca preparé ese guiso y, eso sí, lo intentaré en estos días; estoy seguro que resultará bueno. Y sano, porque la cebolla, por su contenido en tiopropionaldehido, es anticatarral.