POR JOAQUÍN CARRILLO ESPINOSA, CRONISTA OFICIAL DE ULEA (MURCIA).
Naciendo en la lengüeta norte de la calle Cervantes, inicia su trayectoria la calle de Arriba, que siguiendo toda la costera de la sierra El Castillo recibe la confluencia del antiguo Camino de la Cuna y, cruzando por la loma, por donde se ascendía a la Ermita de San Sebastián (lugar estratégico donde se encontraba el colmado de Pedro Puche y Mariquita), confluye el histórico callejón del Campanario.
Tras bordear por la parte superior de la iglesia de San Bartolomé, recibe las hijuelas de la calle Preciados; hasta concluir, antes de llegar a la Noria Villar de Felices, en el punto donde da comienzo el camino interior que une a Ulea con Ojós; otrora camino de ganados y de arrieros, y hoy, una carretera estrecha y asfaltada, por donde pueden transitar personas y vehículos rodados como bicicletas, motos y coches, y se accede a la Noria de los Condes Villar de Felices, también llamada Noria de Nicomedes, al paraje de «La Colla» y «El Salto de la Novia».
Esta calle de Arriba, ventilada, soleada y cobijada bajo la ladera de la montaña, en donde se erige el Monumento al Sagrado Corazón de Jesús y, actualmente se encuentra el Mirador del Corazón de Jesús, desde el cual se divisan unos paisajes maravillosos, era el lugar en donde en los siglos XVIII, XIX y principios del siglo XX, estuvo ubicada la ermita de San Sebastián, a donde se accedía por una prolongación del Camino de la Cuna , actual Calle Cervantes.
El día 9 de octubre del año 1937, nada más tomar posesión de la Alcaldía Francisco Moreno Sánchez, a dicha calle Arriba, se le cambió tal denominación y pasó a llamarse calle Indalecio Prieto. Con dicha denominación se mantuvo hasta la terminación de la contienda civil en la que tras tomar posesión de la alcaldía Francisco Miñano Miñano, el día 18 de abril de 1939, volvió a llamarse calle Arriba.
Los vecinos de la calle de Arriba tienen el privilegio de poder contemplar el maravilloso vergel de la huerta, surcada por el sinuoso cauce del río Segura y, a la vez, aspirar la fragancia del azahar, de naranjos y limoneros durante la primavera.
Haciendo lindero, por la parte sur de la calle Arriba, se encuentra el palacete de la familia Sebastián de Rueda y Benavides, llamada Casa de Rueda, con su escudo de Armas, así como sus dependencias señoriales, caballerizas y alojamiento del personal de servicio, sin olvidar las célebres «Placeta y Replaceta». Durante más de II siglos fue la vivienda oficial de estos prebostes granadinos, que se afincaron en la Región de Murcia; siendo políticos de gran prestigio. Los hijos se asentaron en distintas poblaciones de la Región de Murcia, llegando a Ulea uno de sus tres herederos.
En primer lugar, llegó Sebastián de Rueda y Benavides y Almeida. A continuación le sucedió su hijo Sebastián de Rueda y Chillerón, quién fue Alcalde del pueblo, durante 42 años consecutivos.
Tan implicado estaba con los asuntos del pueblo que le bautizaron con el alias «el Señor de Ulea». A continuación le sucedió en el cargo de Alcalde , su hijo Sebastián de Rueda y Muñatones; quién al adquirir en propiedad varias tahúllas en el paraje de «El Tinajón», mandó construir una buena carretera desde la salida del pueblo por la margen izquierda del río Segura, lo que entonces se llamaba «Camino del Barco Viejo». Después ascendía por la rambla, la cuesta de los Arrieros y acababa en la finca del Tinajón; en donde tenía sus propiedades y una casa solariega. Allí veraneaba todos los años y descansaba cuando podía.
Por dicha carretera, podían circular carruajes y caballerías de transporte y, tan bien la rehabilitó que la bautizaron con el nombre de «Autovía Imperial o Autovía del Camino del Barco Viejo».
Esta casa señorial, adosada a la tapia que la separa de la calle de Arriba, tras varias heredades de la noble familia, pasó a ser propiedad de los Condes Villar de Felices y Campo Hermoso y, con posterioridad, adquirida por el Ayuntamiento el día 29 de octubre de 1987 siendo Alcalde Ernesto Carrillo Yepes.
Esta mansión señorial y sus dependencias, estaban separadas de la calle Arriba por un muro de argamasa consistente, en donde nos hemos apoyado todos los vecinos y visitantes, para contemplar las maravillas de dicho emplazamiento con su casa emblemática con el escudo de Armas de Rueda, el vergel de la huerta; que se mece entre la ladera de la montaña y el río Segura.
Esta calle de Arriba que, hasta mediados del siglo XX era «un camino de cabras», seguía bajo la ladera de la montaña, hasta el pueblo de Ojós, cruzando la frontera entre ambos pueblos, a la altura del «Salto de la Novia». Hoy, tanto la calle Arriba como su prolongación hacia Ojós, ha sufrido unas mejoras substanciales y, accede al yacimiento Tardo Romano, en el que se han realizado dos prospecciones; la primera entre los años 1970 y 1972 y la segunda, a finales de 2019.
Por esta prolongación de la calle de Arriba, se accede al lugar en donde se encuentra ubicada «la Noria Villar de Felices»; destinada a elevar el agua de la Acequia Mayor y regar los terrenos a los cuales no pueden llegar las aguas de dicha acequia.
Dicha Noria, de origen árabe, ha tenido que ser restaurada en varias ocasiones y, en la actualidad, debido a que otros sistemas de riego, son más económico, se exhibe como pieza de Museo.
Esta calle de Arriba, que arranca desde el cruce con la calle Cervantes surcando de este a oeste toda la parte más elevada del pueblo y en ella han vivido, algunos todavía viven, comerciantes, tenderos, agricultores, almacenistas de naranjas, limones y frutas; Pedro Puche y Mariquita. Hoy, junto a la calle Alta, es una de las calles más deshabitada del pueblo, pero también, la más soleada.
Al comienzo de la carretera que une Ulea a Ojós, por el interior, nada más pasar la Noria Villar de Felices le llamamos «Noria de Nicomedes», nace una carretera asfaltada que ascendiendo por la ladera del monte «el Castillo», permite acceder en coche al «Mirador de Ulea» y, ascendiendo unos 150 metros, llegamos a la explanada en donde se encuentra el Monumento al Sagrado Corazón de Jesús y, a su espalda, el depósito del agua del Taibilla.
Dentro de poco tiempo, lo que ahora es un sendero, por donde se accede al Yacimiento Tardo Romano, será una calle de buena amplitud, por donde accederemos quienes vengan a presenciar tan maravilloso hallazgo.
FUENTE: CRONISTA