
POR JOAQUÍN CARRILLO ESPINOSA, CRONISTA OFICIAL DE ULEA (MURCIA)
La ubicación del pueblo de Ulea, en la ladera del monte «El Castillo» hacía, y sigue haciendo, que sus calles fueran estrechas y empinadas. Mientras no existían los vehículos de automoción, todo era cuestión de que se apartaran unos para que pasaran otros y viceversa. Todo esto, claro está, cuando solo transitaban personas, animales de carga, ganados de cabras, ovejas y alguna bicicleta.
Sin embargo, a partir del año 1925; cuando se inauguró el puente sobre el río Segura, que unía a Ulea con Villanueva y demás pueblos de la comarca, comenzaron a entrar por la calle Mayor de Ulea, coches y camiones de cuatro ruedas. Pero, como Ulea no tenía salida por el lado oeste, se veían obligados a retornar por la misma calle para salir del pueblo. Como es lógico, los atascos eran continuos y el Ayuntamiento tuvo que poner a operarios, para que controlaran las salidas y entradas y no coincidieran en el centro de la calle, donde se encontraran «en un callejón sin salida».
Ante esta tesitura, el Ayuntamiento puso manos a la obra y, en primer lugar acometió el trazado de calles de la Urbanización del Henchidor, dotándole de una infraestructura viaria que fuera capaz de darle salida a los vehículos de motor, por el lado oeste del núcleo poblacional de Ulea.
Así las cosas, se abrieron las calles de Ana Caicedo y Campo Hermoso, cuyos ramales nacían en la calle Calvo Sotelo antigua calle Jardines. Ambas calles, por ambos extremos, confluían en la Avenida de la Región de Murcia, inicialmente calle Joaquín Garrigues Walker, pero solamente servían para aparcar los vehículos hasta que pudieran regresar por la Plaza y calle Mayor.Esta situación llevó al Consistorio Municipal a «emplearse a fondo» y reunió a los propietarios de las fincas donde se trazaría una calle amplia, con doble sentido de circulación, que solventara tan grave problema, dando salida a cuantos vehículos rodados entraran al pueblo de Ulea.
A partir de dichas fechas, se acabaron los conflictos viarios; ya no confluirían los vehículos entrantes con los salientes.
Aunque no todos estaban de acuerdo, el Alcalde D. Joaquín Moreno Tomás, con toda su Corporación, se reunieron en el Ayuntamiento con todos los afectados y consiguieron su aceptación previo pago de sus justas indemnizaciones. Aun así, su construcción sufrió más demoras de las previstas, ya que se trataba de los mejores terrenos agrícolas del pueblo de Ulea y, cada cual, reclamaba un justo precio por ellas. Los tiras y aflojas de los mediadores, consiguieron llegar a un acuerdo razonable y, ¡¡por fin!! Se comenzaron las obras. Apareció «la fumata blanca» como dirían en el Vaticano y se pusieron mano a la obra. Arrancando desde la intersección de la calle Ana Caicedo y dando continuidad a la Avenida de la Región de Murcia antigua calle Garrigues Walker, abrieron una gran avenida que unía la urbanización del Henchidor con la carretera de Ulea a Villanueva.
El trazado, en mitad de la huerta, tuvo que eliminar todo el arbolado necesario para efectuar su construcción y, así, el periódico de la región «La Verdad de Murcia» del día uno de julio del año 1977, describía la apertura de una gran avenida en Ulea. A esta calle amplia y ajardinada, se le denominó; «Avenida de la Diputación», siendo inaugurada por el Alcalde D. Joaquín Moreno Tomás, acompañado del Gobernador Civil, el Cura Párroco de Ulea, D. Emilio Riquelme Sánchez, y una gran multitud de uleanos.
Esta gran Avenida; que recibe los ramales de la calle Binondo y que, en el que baja junto al brazal del antiguo Matadero Municipal, se instala todos los lunes del año el mercado que antaño tenía como sede la Plaza Mayor y que, por el flanco derecho inicia su andadura un antiguo camino que en la actualidad se llama «Calle del Azud»; camino que desemboca en el paseo ribereño del río Segura. Pues bien, la apertura de esta amplia Avenida ha ocasionado la revalorización de los terrenos aledaños, con la construcción de los mejores edificios del pueblo.
Sin embargo, con el cambio de Alcalde, en un pleno del Ayuntamiento se acordó por mayoría que «la Calle Avenida de La Diputación», cambiara su nombre por el de «AVENIDA DE LOS REYES DE ESPAÑA»; el cual subsiste en la actualidad.
FUENTE: JOAQUÍN CARRILLO ESPINOSA