POR JOAQUÍN CARRILLO ESPINOSA, CRONISTA OFICIAL DE ULEA (MURCIA).
Por la acera sur de la calle Avenida de los Reyes de España, sale una calle, que hasta hace pocos años era solamente un camino de huerta que dando continuidad a la Calle Binondo se adentraba en la huerta ribereña de Ulea, hasta llegar a la orilla del propio río Segura.
Este camino estrecho, estaba jalonado por casas de huerta, en donde guardaban sus aperos agrícolas y, durante el verano, pasaban los meses de vacaciones quienes poseían una casa medianamente acondicionada.
A este camino, muy frecuentado por los bañistas hasta la década de 1950 a 1960, se le denominaba Camino del Azud; porque desembocaba directamente en la orilla del río Segura, en el lugar denominado «el Baño del Azud» debido a que la compuerta de la acequia y el talud de la presa provocaban un reflujo de las aguas qué, como quedaban remansadas, era el lugar del baño de todos los vecinos y bastantes forasteros que acudían a refrescarse y tomar el sol en la que se denominaba «Playa del Azud».
Allí lucieron los visitantes sus bañadores, los que los tenían; porque la mayoría se bañaba en calzoncillos y, unos pocos, se arremangaban los pantalones y se mojaban los pies y las piernas.
En la orilla del río, lo que hoy es paseo ribereño, se encontraba «un moderno” vestuario en donde no había malos olores ni posibilidad de contagios dermatológicos. Sí, porque el vestuario estaba a la intemperie, camuflado entre los abundantes cañaverales, juncos y los arbustos de baladre.
Las mujeres en aquellos años no podían bañarse con los hombres y, durante los meses que frecuenté tan original playa, a orillas del río Segura, no contemplé a ninguna vecina en el baño. Con posterioridad, aparecieron las piscinas y ya era harina de otro costal; como dice el refrán.
Se trataba de una zona de baño muy concurrida pero, como las riadas eran frecuentes, se formaban irregularidades en el fondo del río y, como consecuencia, las corrientes de agua te llevaban hasta el lugar de la compuerta de la Acequia de Villanueva del río Segura y, quien no tuviera mucha pericia, corría el riesgo de que lo arrastrara la corriente de las aguas e, incluso, de ahogarse.
De hecho, aconteció un grave suceso el día 15 de agosto del año 1950,cuando sacaron ahogado, del fondo del río, a un vecino del pueblo llamado Narciso Salinas (Narcisín) que solo tenía 43 años . Muchos otros, aunque se vieron apurados, tuvieron mejor suerte.
Pues bien, en este camino, que arranca desde la calle Avenida de los Reyes de España, y desemboca en el Azud, se han construido casas a uno y otro lado y se le ha dado la anchura suficiente para que circulen vehículos rodados y, desde hace unos pocos años se le denomina «Calle o Camino del Azud”.
FUENTE: CRONISTA