UN HOMENAJE A LEOCADIO REDONDO ESPINA EN SU VIGÉSIMO ANIVERSARIO COMO CRONISTA OFICIAL DE NAVA (ASTURIAS)
Hoy. 4 de noviembre de 2019, se cumplen 20 años de la designación de Leocadio Redondo Espina, »Calo», como cronista oficial de Nava. Era alcalde del concejo Julián Fernández Montes y la Comunidad Vecinal de Nava acababa de recibir (1996), de manos del entonces Príncipe Felipe. la distinción como «Pueblo ejemplar de Asturias», algo que se aprovechó también para celebrar una brillante y regia inauguración de nuestro imprescindible Museo de la Sidra. El nombramiento de Calo como cronista se hacía efectivo y oficial en un acto que 1uvo lugar en el salón de Plenos del Ayuntamiento el l6 de diciembre de 1999, ejemplificando uno de esos raros momentos en los que todos los políticos están de acuerdo en algo.
Fue en ese contexto de progreso local cuando se recupera la figura del cronista oficial del concejo. La persona elegida, Colo, encarnaba y encama el amor incondicional y altruista por la tierra que le vio nacer.
Cada sábado podemos encontrar a Calo en Ia balustrada que preside la plaza Manuel Uría, conversando con los ya pocos paisanos que bajan a la Plazuela siguiendo esa costumbre de origen medieval que, desde 1270, fija el mercado semanal en el sexto día de la semana. En esas charlas con café postrero, Calo toma nota de los dichos y recuerdos de esas personas que son los últimos guardianes de nuestra tradición oral.
Cada vez que fallece alguno de nuestros vecinos, Calo documenta con mimo y respeto su pequeña o gran historia para regalarle unas líneas de inmortalidad en sus »Estampas navetas» de LA NUEVA ESPAÑA.
Enganchado en esa tarea tan poco reconocida como imprescindible de la promoción cultural en todas sus facetas, ya han pasado veinte años, veinte vueltas al sol. Con estas líneas, quisiéramos dejar constancia del agradecimiento y reconocimiento del pueblo de Nava a alguien que dedica todo su tiempo o. la tierra que nos une a todos los navetos. Gracias, Calo.
Leocadio. hijo de Felicidad (Feli la del Tropel) y de José (Pepe el de La Trema), nació el 22 de septiembre de 1946 en un lugar. El Tropell, en el que las aguas del río Piloña se aceleran y discurren atropellada y desordenadamente hacia Ceceda. Desde pequeño tuvo una fuerte inclinación por las disciplinas humanísticas. El hoy brillante paisajista estudió pintura y dibujo con el arquitecto José Fonseca y con su tío, Mariano Bárcena, cuyo futuro prometedor en el mundo de la pintura se vio truncado por la Guerra Civil. Fue un destacado alumno de la escuela de Ceceda, donde adquirió una hermosa caligrafía y una precisa ortografía, gracias al famoso método «Miranda Podadera». También fue un niño ‘escuchador» de sus mayores, que le inculcaron la curiosidad por las lecturas más variadas, afición que ha conservado a lo largo de tocia su vida.
Hijo de ferroviario, ingresó en la Compañía de los Ferrocarriles Económicos de Asturias en 1964, al tiempo que se hacía socio de la Biblioteca Municipal. Luego llegaron los años como entrenador de fútbol, siendo un auténtico maestro de vida para las decenas de niños y jóvenes navetos que formaron parte de sus equipos, llegando a dirigir, entre otros, al Europa en Tercera División durante la etapa más gloriosa de su historia. También hizo crónicas vecinales y deportivas para radio y prensa regionales, y ha desempeñado una lista interminable de cargos no remunerados que demuestran su talante altruista (presidente de la Junto Vecinal de La Colegiata, secretario de Ia Asociación de Padres de Alumnos del Colegio Público de Nava, tesorero de la Asociación de Pensionistas y Jubilados Alfonso X el Sabio, cronista oficial de Nava, tesorero del Círculo »Amigos de Nava» y asiduo colaborador en la organización del Festival de la Sidra, del que fue pregonero en 2018).
Del texto con el que pregonó el Festival de la Sidra hemos extraído un párrafo que creemos representa algo de lo que es Calo:
«Las mujeres, y los hombres, los seres humanos en definitiva, estamos hechos de la misma materia que los sueños y nuestra breve existencia, apenas un soplo en la infinita inmensidad del tiempo, y del espacio, concluye, también, con un sueño».
Fuente: ‘La Nueva España’. Lunes, 4 de noviembre de 2019 – Alejandro Calleja Álvarez y José María Álvarez Ordoñez