POR JOAQUÍN CARRILLO ESPINOSA, CRONISTA OFICIAL DE ULEA (MURCIA)
En sesión del día 27 de Noviembre de 1917, el Secretario del Ayuntamiento, por orden del Alcalde Presidente Don Francisco Tomás Ayala, da lectura a una comunicación del ingeniero jefe de obras públicas al Ayuntamiento de Ulea, que dice:
El Ilmo. Sr. Director General de Obras Públicas me dice, con fecha 16 de los corrientes lo que sigue:
“S.M. el Rey (q.D.g.) conformándose con lo propuesto por esta Dirección General, ha tenido a bien autorizar al Ayuntamiento de Ulea para que directamente construya, en su totalidad, las obras del camino vecinal de Ulea al km. 3 de la carretera de los Baños de Archena y a su estación de ferrocarril por un presupuesto total, aprobado en 22 de Enero de 1912, de 54.688,60 pesetas, de las que corresponde abonar al Estado la cantidad de 34.740,43 pesetas, con las que pueden comenzar a invertir, durante el presente año, la cantidad máxima de 30.000 pesetas, con cargo al capítulo 20 del presupuesto de este Ministerio. Lo que de orden del Sr. Ministro digo a ustedes para su conocimiento, el del Ayuntamiento de Ulea y demás afectados”.
La Corporación municipal después de una detenida y minuciosa discusión y teniendo en cuenta la importancia de la construcción del camino vecinal y los inmensos beneficios que reporta a todos los pueblos limítrofes, por unanimidad acuerda: Trasladar al Sr. Duque de Andría, respetable personalidad de gran prestigio y garantía, el agradecimiento de este Ayuntamiento por conseguir la autorización para que este municipio ejecute las obras solicitadas y aceptando los plazos para retirar las cantidades giradas por el Estado para sufragar los gastos de su ejecución.
Que el Sr. Duque de Andría queda relevado de satisfacer indemnización alguna a cualquiera de los Sres. Propietarios interesados, por virtud de la recuperación de los terrenos de las fincas colindantes, para la construcción del nuevo y citado camino vecinal.
Que tan pronto quede ultimado, la Corporación municipal proceda, a costa de dicho Sr. Duque, al cierre de su finca, denominada “El Parque”, desde el lugar de los canales, llamados de “Almela”, hasta la “Rambla del Arco”, con el fin de evitar el paso de personas y caballerías, por la vereda o camino que hoy existe y que cruza en la actualidad la citada propiedad.