POR MANUEL GARCÍA CIENFUEGOS, CRONISTA OFICIAL DE MONTIJO Y LOBÓN (BADAJOZ)
Transcurría el año 1933, se celebraban las fiestas del Carnaval, cuando el ingeniero toledano Manuel Díaz-Marta Pinilla (1909-1998) veía desde el Balcón de Extremadura (Lobón), lo que sería la Vega de Montijo con el encargo de realizar el proyecto: “Riegos en las Vegas Bajas de Extremadura, el canal de Montijo”, solicitado desde la sección: “Obras y Servicios del Cíjara”.
Proyecto que contemplaba los terrenos regables, la importancia de los canales, la distribución de cultivos y la descripción de las obras de la presa de Montijo, derivaciones y acequias.
Una vasta empresa para el engrandecimiento de la comarca, según afirmó Díaz-Marta en los años centrales de la II República, dentro de la política hidráulica del ministro de Obras Públicas, el socialista Indalecio Prieto.
Proyecto que sería silenciado en los años de la posguerra, siendo la base con algunas reformas para el llamado Plan Badajoz.
CANAL DE RIEGOS DE LA VEGA DE MONTIJO.
Así describía el proyecto del Canal el ingeniero Manuel Díaz-Marta Pinilla, “Este canal es el primer objetivo del plan de obras después del pantano de Cíjara; su construcción y la de la red de acequias complementarias, deben de llevarse de tal modo que sirvan para utilizar el caudal regulado por el pantano de Cíjara, apenas la presa alcance altura suficiente para comenzar la regulación.
La vega que denominamos de Montijo tiene una extensión de 15.200 hectáreas, todas en terreno llano y de excelente calidad, pertenecientes a los términos de Mérida, La Garrovilla, Torremayor, Puebla de la Calzada y Badajoz. El primer proyecto de canal se ha circunscrito, por tanto, hasta el encuentro con la ribera del Alcazaba. La siguiente zona se pondrá en riego mediante la prolongación posterior de este canal por otro trozo que comprenderá desde la ribera de la Alcazaba a la frontera portuguesa. La de la margen izquierda se dominará con un canal (Posterior Canal de Lobón) que arranque de la misma presa de derivación del canal de Montijo.
El Canal, decía Manuel Díaz-Marta en 1933, tiene una capacidad inicial de 14,26 m3. La sección es trapezoidal, con calado uniforme de 2,50 metros, banquetas de 0,50 y taludes en general de 1×1. En el origen tiene una anchura en la base de 6,50 metros que va disminuyendo a medida que necesita transportar menos caudal. El canal discurre siempre por el contacto de la planicie que constituye la vega con el terreno más inclinado de formaciones geológicas anteriores
Como el terreno es de buena consistencia se construirá la sección sin revestimientos, con la capacidad suficiente para las necesidades actuales, aunque algo aumentada en los últimos kilómetros, con el fin de que estas secciones, revestidas con un revestimiento liso que aumente la velocidad del agua conducida, sirvan para el transporte de los caudales mayores que han de necesitarse cuando se construya la prolongación del canal para regar la zona II.
Al mismo tiempo que el canal se construirá con los productos de la excavación un camino de servicio de cuatro metros de anchura, paralelo e inmediato a él, de gran utilidad para las reparaciones, obras e inspecciones, y que servirá además como una nueva vía comercial de la zona”.
Manuel Díaz-Marta señaló que en el canal de Montijo se trabaja con actividad antes de 1936. Las excavaciones del canal llegaban cerca del pueblo de Torremayor. Si bien la presa de derivación no se había iniciado y naturalmente no había zonas de riegos, se estaba preparando su construcción, así como las de otras auxiliares para el regadío.
Finalizada la guerra que enfrentó a los españoles, el 20 de diciembre de 1940, el Diario Hoy ofrecía a los lectores esta noticia “en menos de tres años estará construido el canal de Montijo.
Tendrá 30 kms y se invertirán 18 millones ptas. La ejecución se emprenderá con las Colonias Penitenciarias”. La noticia desarrollaba la propaganda franquista del momento: “El Consejo de Ministros ha declarado de urgencia la obra, cuya construcción se va a acometer con las Colonias Penitenciarias Militarizadas, esa magnífica obra de redención que tan importantes construcciones está llevando a cabo bajo el Patronato directo del Caudillo”.
En este contexto el ingeniero Manuel Díaz-Marta decía que “las discordancias entre la política hidráulica del segundo tercio del s. XX y las del primero, pueden explicarse teniendo en cuenta los condicionamientos de la época: El gran impacto de la política hidráulica del primer tercio del siglo y del Plan Nacional de Prieto en los que dirigieron esa política desde el año 1940, porque los ejemplares del Plan fueron arrojados a las llamas. Poco después, los que quedaron, fueron considerados como la Biblia para lo que quedaba por hacer”.
Hoy, nuevamente me reafirmo en lo que dije en la Ponencia “Las obras hidráulicas en la provincia de Badajoz. El proyecto del ingeniero Manuel Díaz-Marta sobre los riegos de las Vegas Bajas y el Canal de Montijo”, que presenté en los XLV Coloquios Históricos de Extremadura celebrados en septiembre de 2016, “La incomprensión del presente nace fatalmente de la ignorancia del pasado. Pero no es, quizás, menos vano esforzarse por comprender el pasado, si no se sabe nada del presente” (Marc Bloch).
Fuente: https://www.facebook.com/manuel.garciacienfuegos/posts/1831111003592668