POR MIGUEL ROMERO SÁIZ, CRONISTA OFICIAL DE CUENCA, VILLAR DE DOMINGO GARCÍA Y CAÑETE (CUENCA).
Me gustaría empezar con dos reflexiones ahora que empezamos año nuevo: 2021:
La primera que «El patrimonio cultural es parte fundamental de las manifestaciones que el hombre en comunidad fue generando en su continua interacción vital con su circunstancia. La conservación de este patrimonio tiene sentido en función del hombre actual y de las generaciones venideras. El ser humano necesita tener una identidad y necesita conocer sus propias raíces».
Y la segunda, la frase que le escuché en cierta ocasión a Jesús Estepa en la que nos decía que el Patrimonio es parte del desarrollo de un pueblo porque es el «legado que recibimos del pasado, lo que vivimos en el presente y lo que transmitimos a generaciones futuras».
Y me permito escribir esto porque me interesa que todos los vecinos, descendientes, amigos y conocidos de un pueblo, cualquier pueblo, se conciencien lo suficiente para entender que la iglesia parroquial de cada lugar es patrimonio de todos, es parte del legado de nuestros abuelos, es seña de identidad, al margen de ser creyente católico o no serlo.
Por eso, Cañete y su vecindad, siempre honesta y consecuente, está apostando por recuperar el tiempo perdido y afrontar la restauración total de su iglesia parroquial de Santiago Apóstol. Y lo hará con su esfuerzo personal, unos participando activamente con sus «peonadas», es decir, ese trabajo voluntario y altruista para ayudar en la obras de adecuación de humedades, reimplantación de altares, modificación de revestimientos o pintura y suelo; ni más ni menos que todas aquellas necesidades que en estos momentos pueda plantear el edificio después de haberse deteriorado durante los tres años que ha estado cerrado; y otros apostando con su cuestación económica, voluntaria y altruista.
Y al margen de esa historia pasada reciente, en la que hubo donación presupuestaria del Obispado, hará unos tres años y medio con reforma de cubierta y techumbre, vital para el mantenimiento en pie del edificio, o ese posterior intento de adecuación en pintura con dineros de los propios vecinos y algún aporte de Diputación Provincial, dinero que fuese «rescatado intencionadamente» por el propio Obispado, ahora, la situación se ha agravado (un edificio se deteriora más rápidamente cuando no se utiliza y se deja en cierto abandono) de tal manera que necesita afrontar con urgencia esta adecuación.
Por eso, como muestra de ejemplaridad, el Ayuntamiento por un lado, las Cofradías religiosas por otro, y la propia población, han unido sus esfuerzos (la unión hace la fuerza) para llevar a cabo una necesidad perentoria, un requerimiento de paisanaje, de solidaridad, de identidad, para un pueblo, Cañete, que ha sido y es, ejemplo de cómo ante la necesidad el pueblo se une, comparte y olvida rencillas para sacar adelante un objetivo común, valiente y necesario (en el recuerdo de todos está la nave de La Serrana, como ejemplo de ello).
Vaya pues, por delante, mi felicitación a su vecinos y a sus descendientes, los primeros por residir en el mismo pueblo y dar continuidad a las generaciones de cañeteros y los segundos por recordar que allí van en vacaciones y que allí están las raíces de su estirpe y de sus antepasados. Por eso, seguro estoy que desde sus lugares de vida y residencia, lejano en muchos casos por emigración y necesidad de trabajo, tienen siempre el corazón unido a este lugar y apoyarán con su cuestación popular la necesaria aportación para conseguir, entre todos, el destino final: ver su iglesia parroquial de Santiago sana, cuidada y recuperada para el espíritu religioso y para el espíritu cultural y turístico.
Recordemos y esta es mi frase como cronista oficial de ese lugar: «Un pueblo sin patrimonio es un pueblo sin vida; y un pueblo sin identidad está muerto». Por eso Cañete, siente y tiene patrimonio; siente y tiene vida e identidad, y lo ha demostrado siempre y lo seguirá demostrando, consiguiendo siempre sus objetivos, ahora éste -y se comprobará, seguro- y cuando necesite otro, así será. ¡Viva pues, Cañete y sus cañeteros¡
FUENTE: https://eldiadigital.es/art/350345/canete-siente-su-patrimonio-por-miguel-romero