POR MIGUEL ROMERO SAIZ, CRONISTA OFICIAL DE CAÑETE Y CUENCA.
Este viernes, 18 de febrero, en la magnífica Capilla del Espíritu Santo o también llamada, de los Marqueses de Cañete por haber sido ellos sus fundadores en el siglo XVI, tuvo lugar un Acto solemne de Investidura y entronización de dos mujeres como miembros del Ilustre Cabildo de Caballeros de Cuenca.
El lugar elegido, no podía por menos, que ser el espacio ideal por quienes iban a sentir el peso espiritual de una solemnidad de carácter religioso en el que una institución de rango medieval les abría la puerta como miembros, siendo en este caso mujeres. Y no porque no lo mereciesen o no se debiera haber hecho antes, sino por ser la primera vez que sucedía y eso es lo más trascendente para nuestra sociedad actual.
Hablar del Capítulo de Caballeros es hacer historia. Instituido en el siglo XII cuando Alfonso VIII toma la ciudad y potencia lo que después será una institución poderosa en el funcionamiento estamental de la ciudad recién conquistada para la Cruz. De aquellos Caballeros de la Sierra, dedicados con caballo y espada a sanear los caminos y defender a los moradores, a los caballeros urbanos que dieron vida a un cuerpo de ilustre descendencia.
El 2 de julio del año de 1565 se establece como Cofradía, siendo el obispo de Cuenca don Bernardo de Fresneda, confesor y consejero del rey Felipe II. Se agrupó en una cofradía o hermandad fundada con limpieza de sangre en la Iglesia de El Salvador por los nobles y familiares de la Inquisición Juan del Barrio y Alonso de Pedraza, bajo la advocación de la Virgen de la Soledad, de quien era muy devota la reina consorte doña Isabel de Valois.
En un documento de 1787 es calificada como «célebre y venerable hermandad de caballeros distinguidos con la advocación de Nuestra Señora de la Soledad«, y también ha sido denominado «Cabildo de Caballeros de la Virgen de la Soledad y del Santo Sepulcro«. A finales del siglo XVIII incorporó asimismo a sus posesiones el llamado «vínculo de Torralba» el cual heredó de doña Petronila de Jaraba.
Actualmente se rige por unas constituciones aprobadas en 1966. Está dividido en dos estamentos: el de la nobleza, o Cabildo de Caballeros de Cuenca, y el de antiguos escuderos, u Orden de la Soledad y de la Cruz. Su Sede es la Iglesia de El Salvador en la capital conquense. El Cabildo de Caballeros está presidido por un Maestre, auxiliado en sus tareas por el Consejo Capitular compuesto por las siguientes Dignidades: un Clavero, un Canciller, un Prior, un Tesorero, un Maestro de Ceremonias, un Prioste y dos Vocales.
Este viernes 18 de febrero de 2022, doña Ana Rosa de Queralt y Aragón, marquesa de Cañete y Grande de España, así como María del Pilar, marquesa de Alconchel, y ambas, hermanas del capitular don Enrique de Queralt y Aragón, marqués de Gramosa y Grande de España, entraron a formar parte de dicho Cabildo con la afortunada novedad de ser las primeras mujeres que se les ha permitido entrar.
La Capilla de los Hurtado de Mendoza de la Catedral conquense ha sido el escenario, bajo el gran óleo del Espíritu Santo y su magnífico retablo trazado por Juan Andrea Rodi, en el que los lienzos del mismo serán obra del genovés Bartolomé Matarana. Entre los sepulcros de alabastro que guardan los cuerpos difuntos de miembros de esta familia noble, linaje que llegase a componer una de los más ilustres y trascendentes de la Tierra de Cuenca, posiblemente la más importante en el siglo XVI como Guardas Mayores de la ciudad, Virreyes de Perú y Chile, dos de ellos, y solemnes miembros de diferentes estamentos nobiliarios de la Edad Moderna. Esta familia mandó levantar la Capilla del Espíritu Santo en el 1572, gracias a la decisión de don Francisco de Mendoza como lugar de descanso para su linaje. El arquitecto que realizo tal proyecto fue el citado italiano Rodi, firmándose un contrato por valor de siete mil ducados.
El retablo fue encargado al entallador Benito de Sazeda por don Pedro de Mendoza en el 1569 y trazado por Francisco de Mora.
Sin duda, es una capilla, incorporada al claustro de la catedral, de estilo renacentista con planta de cruz y cúpula sobre crucero, con diversas urnas funerarias de los citados señores marqueses de Cañete que dan ese toque de solemnidad como panteón, recordando su pasado cuando solamente se abría en tiempo de Pentecostés para el público devoto de la ciudad.
Dos tablas en los laterales, representando a San Gregorio papa a la izquierda y a San Honorato en la derecha, pintadas posiblemente por el gran pintor Andrés de Vargas, autor también de los frescos de las pechinas y cúpula de la Capilla de la Virgen del Sagrario.
La localidad de Cañete, en la Serranía Baja conquense es la capital de este Marquesado y ahora se siente orgullosa como villa porque un descendiente, en este caso una mujer, es la actual propietaria de ese título de nobleza que tanto reconocimiento le diera en los siglos XVI y XVII. Esa razón hizo que su actual alcaldesa, Montserrat Poyatos junto al cronista de la villa, un servidor, pudiéramos compartir ese solemne momento de investidura, bajo una marco incomparable y sentimental para nosotros, como es esta magnífica capilla catedralicia.
Una propuesta, que visiten la villa de su marquesado y que en ella, disfruten del recuerdo de una historia pasada, la que en tiempo generó una dependencia y ahora es un sello de identidad que hace del recuerdo, la capacidad de prestigio para quienes se sienten herederos.
FUENTE: https://www.liberaldecastilla.com/canete-y-el-espiritu-santo-en-su-capilla-honran-a-la-historia