POR MIGUEL ROMERO SAIZ, CRONISTA OFICIAL DE CUENCA.
El manuscrito de las Cantigas de Santa María fueron escritas en galaico portugués durante el reinado de Alfonso X el Sabio, rey que mandó realizarlas, como homenaje a su devoción hacia la Virgen. Sucedió en la segunda mitad del siglo XIII (entre 1270 y 1282) y constituyen una de las colecciones manuscritas más importantes de toda la literatura medieval.
Son 417 composiciones que cuentan los milagros que realizase Santa María en toda Castilla, realizadas en pergamino, con textos y dibujos a todo lujo de colores, miniaturas excepcionales que conforman un compendio espectacular.
En gran parte, unas 356 cantan los milagros que hizo la Virgen en muchos lugares, tienen una introducción y dos prólogos que alaban a San María, otras se refieren a festividades marianas o cristológicas. Todas están acompañadas de escritura musical y este tipo de actos religiosos en los que participaban caballeros y religiosos alentaba a los poetas y a los juglares a cantarlas de pueblo en pueblo.
Hay narrativas y líricas, y se le atribuyen al propio rey Alfonso X, la realización de un centenar de ellas. Todas van dedicadas a lugares donde la Virgen María hizo milagros, por eso es un honor tremendo que la localidad de Cañete, en la provincia de Cuenca, tenga dos Cantigas dedicadas a su imagen románica de la Virgen de la Zarza (número 162 y 163), por entonces llamada Santa María de Cañete o de Canet.
En aquellos tiempos, Cañete era un lugar importante en la historia. Frontera entre Aragón y Castilla, tuvo siempre decisiones en guerras y conflictos. Por eso, su Virgen era muy venerada por habitantes y vecinos de otros lugares. El rey Alfonso X, nacido en Toledo y bisnieto de Alfonso VIII sabía que este lugar había sido conquistado por su antecesor y que aquí hubo gente valerosa donde la Virgen hizo milagros para conseguir las victorias ante los musulmanes.
Los originales están en la Biblioteca de El Escorial y son códices en miniatura escritos y pintados a todo color. El hecho de que este lugar esté entre ellas, tiene una trascendencia inigualable para un humilde pueblo de la Serranía de Cuenca.
Esta particularidad de la localidad serrana, ha hecho que su historiador Miguel Romero Saiz, cronista de Cañete, igual que lo es de la ciudad de Cuenca, decidiera –aprovechando que su iglesia parroquial de Santiago Apóstol ha sido remozada y restaurada en gran parte de su estructura externa e interna-, pudiera disfrutar de unas copias realizadas en madera de pino -símbolo de la economía del lugar- en una dimensión mayor que las originales (aquí son cuadros de 60 por 60 cms.) con todo lujo de detalles y colocadas en la Capilla gótica de los Torres y Montoya para el lucimiento de toda su iconografía.
Este trabajo realizado con minuciosidad y acierto ha potenciado todavía más el valor que las dos capillas sacadas a la luz en tiempo reciente, bellas muestras del arte gótico y renacentista, puedan seguir teniendo si cabe, mayor encomio para vecinos y visitantes.
En las imágenes que reflejan ambas imitaciones, la figura de Santa María está presente, con la presencia del propio rey Alfonso X, sin olvidar que la Virgen románica del siglo XIII, advocación a Nuestra Señora de la Zarza esté representada como aportación personal del propio autor.
Dos cuadros simbólicos, detallados y sentidos, ofrecidos por este cronista con la intención de seguir aportando valor a un pueblo que lo ha hecho suyo, del que es hijo predilecto y que no deja de sentir el pálpito de su honradez. Siempre estará eternamente agradecido.
Cañete tiene ahora, varios apelativos que lo hacen todavía más grande. Sus gentes se desviven por la mejora de sus tradiciones, de su estructura urbana, de sus fiestas populares y de su sentimiento de arraigo y de vida. Por eso, el Ayuntamiento no para de hacer innovaciones, sus vecinos dan constante muestra de sus valores como gentes generosas y la historia sigue siendo el emblema que han permitido fortalecer sus Alvaradas Medievales –y ya van 22 ediciones-, sin olvidar que los Nazarenos o Costaleros de Cañete constituyen ese futuro halagüeño de que la Semana Santa del lugar volverá a revivir su rico pasado, donde cofradías como San Antón, San Antonio de Padua, el Señor y la Virgen de la Zarza, siguen estando presentes en sentimiento y devoción.
El cura párroco Pablo Rojo bendijo las dos tablas que homenajean las Cantigas hacia Santa María de Cañete, indujo al público a sentir devoción y respeto, se hicieron las honras a San Antón a lo largo de tres días y nueve en novenario, y sigue pensando que este pueblo tiene futuro, por lo menos en sentimiento y hospitalidad, cuando la cultura y el desarrollo está presente.
FUENTE: https://eldiadigital.es/art/386144/cantigas-por-miguel-romero