POR MANUEL GARCÍA CIENFUEGOS, CRONISTA OFICIAL DE MONTIJO Y LOBÓN (BADAJOZ)
El convento franciscano de San Antonio tiene su origen en el siglo XVIII, siguiendo el modelo de convento-hospicio. Auspiciada su fundación al nacimiento del V conde de Montijo. La vida del cenobio montijano estuvo muy relacionada con el convento franciscano de Loriana, siendo enfermería de éste.
Tras la desamortización solo quedó la capilla, de una sola nave. Cúpula sobre pechinas, decoradas con escenas de San Antonio, junto con un tríptico regalo de los Condes de Montijo.
Y un entierro de Cristo obra del autor local Francisco Gragera Tejada. En 1943 los franciscanos volvieron a Montijo, gracias a la familia Thomas, entregándole casa para vivir y huerta para trabajar.
Propagaron la devoción a San Antonio y con ella la Velá. Los religiosos se marcharon en 1967.