POR MANUEL GONZÁLEZ RAMÍREZ, CRONISTA DE ZACATECAS (MÉXICO)
Un personaje que cobra vida cada año en las Lomas de Bracho de #Zacatecas.
El territorio más grande regido por un mismo gobernante en Europa durante la Edad Media fue bajo el emperador Carlomagno. Fue muy conocido a lo largo y ancho del continente por su política, organización y defensa de la cultura.
Sus reformas impulsaron con acierto el arte y la literatura. Este impulso originó una reforma cultural que permitió la copia de antiguos documentos en las escuelas monásticas con un nuevo tipo de letra: la carolingia. Actualmente todavía se conservan más de 7.000 manuscritos escritos con este tipo de letra durante los siglos VIII-IX.
Gran administrador, realizó también numerosas reformas económicas. Abolió el sistema monetario basado en el oro sou e impulsó una nueva moneda: la libra carolingia , cuyo nombre deriva de la libra romana y está basada en una libra de plata, una unidad tanto monetaria como de peso y equivalente a 20 sous. Estableció además una serie de normas para registrar todos los ingresos y gastos públicos y prohibió a los judíos prestar dinero. También combatió la usura, controló los precios y gravó con impuestos algunos bienes de consumo.
Interesado por las diversas formas de cultura y el aprendizaje, entró en contacto con la España visigoda, la Inglaterra anglosajona, la Italia lombarda. Hay que valorar que durante su reinado se multiplicaron las escuelas monásticas y scriptorias, especialmente en Occitania, donde se copiaron los primeros manuscritos de los textos antiguos. Sorprende positivamente que el 90% de los conservados actualmente pertenecen a esta época.
En el ámbito político, consiguió restablecer un equilibrio de poder entre Emperador y el Papa. Y con el propósito de cristianizar a los sajones fundó varias diócesis, entre las que se cuentan las de Bremen, Münster, Paderborn y Osnabrüc. En esta gloriosa época su reino se extendía desde los Pirineos al suroeste, incluyendo la Marca Hispánica de la Península Ibérica, Occitània, y los territorios del norte – excepto Bretaña, ya que nunca fue conquistada por los francos. Es decir, La mayoría de territorio de la actual Francia, Alemania, Austria, norte de Italia y el noreste de España.
Líder indiscutible de la cristiandad occidental, es coronado por el Papa León III el día de Navidad del año 800. Fue una ceremonia inesperada, que precisamente Carlomagno quería evitar, ya que prefería no estar en deuda con el obispo de Roma. Eso dice mucho a su favor.
Gran administrador y estratega, realizó numerosas reformas económicas, gubernamentales, militares, eclesiásticas y culturales durante su reinado. Además, consiguió frenar la invasión musulmana y establecer las marcas de sus territorios a las que dotaba de defensa para salvaguardar su Imperio del avance de invasores. Todo un ejemplo de celo y saber estar.
Carlomagno, en español; Carolus Magnus; En latín; Karl der Große, en alemán; Charlemagne, en francés; Carlo Magno, en italiano; Carlomagno; en ; Carlemany, en catalán: y Carlemanyo, en aragonés; Carlemanh en aranés y Carlesmanhe en provenzal, ha pasado a la historia como un hombre alto, esbelto y corpulento con de pelo rubio.
Pero, en realidad, no era tan alto, sino más bien de complexión robusta y con el cuello grueso. Su pelo ni tan siquiera era rubio sino blanco. Vestía con trajes extraños y envolvía sus piernas con polainas de tiras, cubriendo sus hombros con pieles de animal cuando sentía frío. De panza prominente, ya que una de sus aficiones era comer bien, tuvo varias mujeres y numerosos hijos a los que procuró una buena educación intelectual. Sin embargo, y a pesar de no ser un hombre extremadamente instruido, su ilusión por el aprendizaje y su pasión por la cultura permitieron sentar las bases del resurgimiento carolingio.
Quizás él nunca supiera que sentó las bases de lo que sería la Europa Occidental en la Edad Media, ni tampoco nos pudo dejar nada por escrito. Entre otras cosas porque apenas sabía escribir. Empezó cuando ya era demasiado mayor y, aunque practicaba todas las noches desde su cama, donde escondía unas tablillas de cera bajo la almohada, el 28 de enero de 814 dejó de hacerlo. Fue un peculiar hombre que, además de gobernar el mayor Imperio de Occidente, supo amar de forma extraordinaria la cultura y las letras.