POR RICARDO GUERRA SANCHO, CRONISTA OFICIAL DE ARÉVALO (ÁVILA)
Hemos asistido con gran expectación, tanto de arevalenses como de visitantes de Credo, a la instalación de esa gran obra de Antonio López, la pequeña “Carmen dormida” una obra creada a partir del rostro de su nieta, que ya es el colofón de esta exposición arevalense de Las Edades del Hombre.
La Plaza de El Salvador estaba expectante, la zona sur, a la salida de la exposición, un buen número de personas esperábamos su llegada. Diversas conjeturas se comentaron para justificar la tardanza en llegar al lugar pensado como ubicación en la despedida de Credo. Un cierto retraso en llegar según el horario anunciado. Pero todo eso quedó olvidado cuando hizo su aparición en un camión con grúa, en un bastidor y envoltura de plásticos.
El desembalaje fue sencillo y rápido teniendo en cuenta el mimo con el que se trata el traslado de las obras de arte y cuando ese gran volumen fue elevado, la expectación creció, y también las opiniones y las frases de admiración, por su tamaño, por los rasgos faciales que tras el envoltorio de plásticos de podía intuir, por su gesto plácido y sereno de una hermosa criatura dormida. “Carmen dormida” quedó instalada en el sitio elegido y pronto fue despojada de su envoltorio como el de un apetecido caramelo… y quedó al descubierto ante la admiración del público. Las expectativas se han cumplido, porque en poco tiempo la noticia corrió como la pólvora y todo Arévalo ya sabía que había llegado “Carmen dormida”. El desfile para contemplarla y certificar tanta expectación, ha sido incesante, y sigue siendo.
Es una escultura semejante a “Carmen despierta”, que es como su gemela y es el final, por ahora, de una serie de cabezas, de diversos tamaños y elaboradas con diversos materiales, que han caracterizado al gran pintor y escultor, como se puso de manifiesto en la exposición antológica en el Museo Thyssen-Bornemisza. Y es también como una réplica de las primeras de la serie, “Día y Noche” que se instalaron en la estación de Atocha de Madrid.
Una imagen llena de ternura y misterio, digno colofón de esta gran exposición CREDO de Las Edades del Hombre en Arévalo.
Pero, podríamos estar contando asuntos y anécdotas que se producen diariamente en torno a este evento cultural de primera magnitud.
Entre tanto, muchos actos culturales paralelos. Hace unos días, organizado por la Asociación de Cultura y Patrimonio La Alhóndiga, en un acto poético titulado “Gotas de lluvia”, un homenaje al poeta Segundo Bragado, en el que le fue entregado el trofeo “Mudejarillo”.
Otro acto con mucha repercusión fue la presentación del libro “Ysabel la Católica y Arévalo” de Mª Carmen Martín y el autor de esta columna, muy arropados por el público, como también se ha informado desde estas páginas.
Y la presentación de otro libro de poemas, “Melodía del Mar”, obra de María Teresa Oviedo.
Una gran actividad cultural que es el inicio de un programa previsto.