POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)
Colunga, en este año 2020, bisiesto y extraño, vive un luto permanente en sus gentes. Son pérdidas de personas muy vinculadas, muy enraizadas en nuestro concejo por su carácter, por su servicio, por su actividad deportiva o laboral, por su labor pastoral como sacerdotes…
Ayer, tras una enfermedad grave y agravada por la edad, fallecía CARMEN GANCEDO GONZÁLEZ, «Carmina la de Arsenio» como la conocíamos en Colunga, vecina «de toda la vida» del barrio de Loreto. Y sabido es que las gentes «lauretanas» forman, más que una piña, una familia vecinal.
Yo conocí a Carmina, a sus padres Carmen y Arsenio, a su hermana Angelita, a su marido Eduardo, a su cuñado José Toyos, a sus hijas Elisa y Cristina, «desde siempre» y se del cariño que esa familia me dispensó desde que yo era rapacín.
Podría contar muchas cosas sobre ellos y sobre ella; pero voy a centrarme solamente en una que, por ser yo testigo y «testimonio vivo», cobra especial relevancia.
Les cuento.
El «Asilo de Colunga» (Unión Social Católica de Colunga, que esa era su razón social), institución benéfica fundada en 1928 por iniciativa de doña Carmen Ysant Cortada, esposa de don Tomás Montoto Rivero, se creó con el objetivo de atender a ancianos (genérico) necesitados del concejo. Esta institución estaba dirigida por una Junta Directiva constituida por la Presidenta (Carmen Ysant) y un grupo de señoras colunguesas. Yo recuerdo , en años de 1945 en adelante, a doña Loreto Ordóñez como vicepresidenta, a doña Enriqueta Sánchez (esposa de don Fermín Vigón) como tesorera, a doña Alicia Piniella como secretaria, a doña Angeles Miyar, a doña María Vallespín…
En la década de 1950 CARMINA GANCEDO se incorpora a la Junta Directiva del Asilo como vicesecretaria y, años después, accede al cargo de secretaria y, prácticamente, administradora-gerente de la Institución. Ella fue apoyo de servicio y de entrega a los y las residentes, receptora de sus quejas y auxilio de sus necesidades.
La labor de CARMINA GANCEDO como «segunda de a bordo» de doña Carmen Ysant, primero, y de doña Carmen Montoto Cuervo (sobrina de doña Carmen Ysant y después presidenta de la USC), fue impagable y merecedora de todo agradecimiento. Ayer, por otras razones de anécdota histórica, recordaba los 50 años, en 1978, del Asilo de Colunga. Allí estaba CARMINA GANCEDO como miembro de la Junta Directiva acompañando a autoridades, ancianos residentes y público asistente.
Hoy «entra» septiembre en nuestra vida. Brilla el sol, un sol de otoño, que pregona un «veranín de San Miguel» y otro posterior de «San Martín». Un septiembre de frutos, de cosecha, de vida que se apaga y de vida que permanecerá latente.
Recuerdo, así como añoranza de rapaz, aquel SEPTIEMBRE que cantaba la portuguesa Madalena Lucilia Iglesias do Vale (1939-2018), conocida simplemente como Madalena Iglesias, en el Festival de la Canción del Mediterráneo (1966):
«Septiembre llegó
con sus manzanas fuertes,
con sus uvas maduras,
con sus flores silvestres.
Un amargo silencio
se quiebra en su vertiente
y en su luz amarilla
los sueños palidecen.
………………………….
Septiembre se muere,
se muere dulcemente;
y en las alas del viento
las amapolas duermen»
CARMINA GANCEDO, «Carmina la de Arsenio», estará hoy en el cielo repartiendo besos y abrazos entre todos aquellos residentes en el Asilo de Colunga a los que siempre atendió con amable paciencia y dedicación.