POR MANUEL GARCÍA CIENFUEGOS, CRONISTA OFICIAL DE MONTIJO Y LOBÓN (BADAJOZ).
La borrasca de febrero acarrea también el cuplé del Carnaval de la vida, llegando una subversión sobre el orden establecido. Fábrica y taller donde se labran por los cuatro costados imaginación y sentimientos. Donde la realidad se disfraza y puede que resulte difícil discernir lo conveniente de lo verdadero. Así que coloretes en la cara y ropa recién planchada. Eso sí, cortita de presupuesto que no están los tiempos para ello. Señores, vámonos que nos vamos, que viene el sabor del Carnaval disfrazado en este febrero chirigotero. Para que en el final de los días del rito de la república gozosa y pagana del desfile del Carnaval, de principio la Cuaresma y un adiós muy buena a la rotundidad de Larra que en su todo el año era carnaval, pues así es ciertamente.