POR JOSÉ DIONISIO COLINAS LOBATO, CRONISTA OFICIAL DE LA BAÑEZA (LEÓN)

Querido hermano Antonio: En estos días en que la carta astral de tu persona, confluye con esos números donde aparecen de nuevo los reconocimientos y galardones como premio a esa labor como poeta, he podido comprobar una vez más, aquella idea que desde muy joven se germinaba dentro de tu persona, el ser poeta.

Ayer, cuando me encontraba en aquel bello Salón de Columnas del Palacio Real de Madrid, bajo la presencia de la estatua del Monarca Carlos V, obra de León Leoni, lugar utilizado para grandes ceremonia como la firma del Acto de Adhesión de España a la Comunidad Europea, la Conferencia de la Paz de Madrid, la Cumbre de la OTAN, o la sanción por parte de S. M. el Rey Don Juan Carlos I e la abdicación de la Corona a favor de su hijo y hoy nuestro Rey actual S. M. Don Felipe VI, así como otros eventos más, arropado por personalidades del mundo de la política, artes y letras, sé que hubieras deseado que muchos amigos bañezanos te hubiesen podido acompañar, pero las circunstancias y las instituciones marcan las normas, por todos y nombre de los que te quieren y admiran en esta Ciudad, lo hizo nuestra primera autoridad el Excmo. Sr. Alcalde Don José Miguel Palazuelo.

Allí, en esa bella estancia engalanada con grandes tapices, bajo las pinturas de una decorada nave por Matías Gasparini, mientras recitabas tus versos de “Regreso a Petavonium”, volvieron de nuevo los recuerdos de la infancia, de tu juventud; parajes nombrados que son fieles en tu obra, en tus raíces. No dudo de decir que, me sentí orgulloso, aunque sea vanidad el decirlo, pero interiormente me encontraba emocionado, recordando en mi mente aquellos recitales de poemas que particularmente, en largas tardes del verano, cuando apartados del tórrido sol, te escuchaba recitar una y otra vez sobre hermosos poemas de Antonio Machado, Miguel Hernández, Federico García Lorca o de nuestro paisano Leopoldo Panero. Calurosas tardes de verano, cuando en la oscuridad de la casa de nuestros padres, el pesado aire envolvía los versos secretos de aquellos otros versos y largas estrofas del poeta que tu querías ser y que celosamente guardabas en secreto.

Hoy, después de más de 50 años de trabajo, he podido ver de nuevo recoger tu premio, tu recompensa, ser libre y fiel una vez más a tu emblema poético, a tus versos sanadores que a veces nos apartan de los perecederos y nos lanzan a ese humanismo de fertilidad y naturaleza.

Los falsees de las cámaras de los periodistas y reporteros, me despertaron de ese recuerdo del pasado, de nuestros padres; qué orgullosa estaría ella, nuestra madre, si también hubiese asistido a tu acto; no dudo que de sus ojos no cesarían de salir húmedas lagrimas de alegría, como lo hizo aquella vez en León, en el Teatro Emperador, cuando siendo tú, Antonio, un joven poeta que, dentro del acto del XIV Certamen de Exaltación de los Valores Leoneses recogías ya tu galardón por aquellos bellos poemas titulados “Poemas de la Tierra y la Sangre”.

Se que soy el menos indicado para hablar y vanagloriar tu obra; ayer en el Acto de entrega del XXV Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana y bajo la Presidencia de S. M. la Reina Doña Sofía, claramente lo dejaron otros oradores como el Excmo. Sr. Don Alfredo Pérez de Armiñán, Presidente del Consejo de Administración de Patrimonio, así como el Excmo. Sr. Don Daniel Hernández Ruipérez, Rector Magnífico de la Universidad de Salamanca.

No me queda más que decirte como hermano, que sigas con tus éxitos, tu trabajo lo merece y darte en nombre de tus familiares y bañezanos, una vez más nuestra enhorabuena.

Madrid. Palacio Real a 25 de Noviembre de 2016.