ENTREVISTA A FRANCISCO SALA ANIORTE, CRONISTA OFICIAL DE TORREVIEJA (ALICANTE)
Entre tantos edificios de apartamentos, difícil es ya encontrar las casas de una o dos alturas que antes eran las tradicionales de aquella Torrevieja de pescadores y salineros, la de la era de antes del ‘Un, dos, tres’. Una de esas viviendas es la que hace esquina entre Caballero de Rodas y Azorín. Erigida en los años 50, la casa de la familia Sala ha sido recientemente restaurada y hoy es toda una fuente de inabarcable sapiencia. Casa del cronista, Francisco Sala, y archivo oficioso del certamen de Habaneras, ahora decenas de alumnos universitarios y otros tantos estudiosos acuden con el objetivo de curiosear en un archivo que guarda negro sobre blanco la historia más social de la ciudad salinera.
La planta baja, reconvertida en un pequeño museo, alberga todo tipo de recuerdos. Carteles de época, publicidad, vajilla y cubertería de antaño y, lo más sorprendente, restos de las casas que había antes de que el recordado terremoto de 1829 arrasara por completo la ciudad y buena parte de la Vega Baja. Así, en la casa del cronista se pueden ver la placas con las que se numeraban las viviendas erigidas en el siglo XVIII para esos marineros que cargaban las bodegas de los pailebotes con el mineral que se secaba y almacenaba en las Eras.