POR JOSÉ SALVADOR MURGUI. CRONISTA OFICIAL DE CASINOS (VALENCIA)
En el estudio Socio-Económico de la Comarca de Liria del que he plasmado diferentes relatos del Casinos de aquellos años, y que ha quedado descrito en crónicas publicadas con anterioridad; en el mes de enero del año 1968 este Estudio del que hoy hablo, vio la luz, y en uno de sus capítulos hace referencia al «Complejo Cultural» y nos dice lo siguiente:
Para completar el estudio de la Comunidad Humana no podemos olvidar una visión lo más compleja posible de todos aquellos factores culturales que influyen actualmente sobre la población:
Enseñanza: Los centros de enseñanza existentes en la Villa y el número de asistencia a ellos son los que vamos a exponer en su apartado correspondiente. La enseñanza elemental cuenta con el Grupo Escolar «La Paz» y el Colegio dirigido por las Obreras de la Cruz.
Grupo Escolar La Paz: Niños de 6 a 14 años: 106. Niñas de 6 a 14 años 60, Total 166.
Colegio Obreras de la Cruz: De 2 a 6 años: 62 niñas y niños (Párvulos). De 6 a 14 años 50 niñas. Total 50. Total Niños 106, Niñas 110. Total de 2 a 14 años: 278.
El horario de las clases en el Grupo Escolar es de 9,30 a 12,30 horas de la mañana y de 3 a 5 por la tarde, excepto los sábados.
El Colegio de las Obreras de la Cruz, es de 10 a 1 por la mañana y de 3 a 5 por la tarde, también excepto los sábados.
La Enseñanza media está a cargo del Colegio Parroquial o «Academia». La enseñanza es libre, por lo que los alumnos tienen que desplazarse hasta el Instituto de Liria o de Villar del Arzobispo para examinarse.
La matricula mixta está formada por treinta y ocho alumnos que acuden a clase diariamente excepto sábados por la tarde, de diez a dos por la mañana y de cinco a ocho por la tarde. Este centro ha cubierto una necesidad favoreciendo el nivel cultural de Casinos.
Creemos de sumo interés analizar el número de analfabetos, con este fin hemos extraído del Censo el número total de ellos: De 0 a 29 años de edad, no existen analfabetos en Casinos. De 30 a 49 años de edad hay 21 varones y 5 mujeres: Total 26 personas. De 50 años en adelante hay 21 varones y 42 mujeres: Total en esa franja de edad 63 personas. La suma total hasta el 31 de diciembre de 1967 es de 89 vecinos, de los cuales 42 son varones y 47 mujeres. Podemos observar que la suma de ellos dan un porcentaje total de la población de un 4,3 %.
Hay que reconocer el papel tan importante para la educación que asumió la Academia, ese centro que se accedía por aquella desaparecida puerta marrón sita en la Plaza de la Iglesia, en el rincón que hoy ocupa la entrada al Centro de Pastoral. Por una empinada escalera se accedía a una sala de estudio que contaba con dos pizarras en la pared, dos ventanas que se asomaban al patio de la Casa Abadía, y otros dos salones con dos amplias mesas de trabajo, donde en diferentes horarios los alumnos atendían las clases de los profesores. Entonces en nuestros años de niños y jóvenes teníamos como una obligación acudir a aquellas clases, hoy es de valorar la cantidad de personas que estudiaron después importantes carreras gracias la base que se inculco en aquellas paredes.
Recuerdo los años que asistí a aquel modesto centro, donde estudié del primero hasta el cuarto de Bachillerato, los de primero teníamos 9 años, y los de cuarto ya tenían 14 años. Era un ambiente de convivencia, de hermandad, divertido y cargado de anécdotas en muchos momentos y en otros viviendo con seriedad los nervios de la época de exámenes. Si nos suspendían, en verano nos hacían repaso para aprobar en septiembre.
Los profesores eran como nuestros padres, y aunque no existían los teléfonos a domicilio, ante cualquier movimiento o gamberrada nuestros progenitores, estaban puntualmente informados.
Don Rafael Cholvi, era el profesor de Ciencias de la Naturaleza y de Física y Química. Don José Formentín, profesor de Religión, de Lengua, de Lengua Francesa, de Latín y de Formación del Espíritu Nacional, Don Rafael Sempere de Dibujo y Gimnasia. La Hermana Pilar Ibáñez, de Matemáticas Los años fueron pasando al igual que las personas, cuando llegó la década de los años setenta, nos daban clases los nuevos profesores de la Escuela: Don Juan Manuel, de Geografía, María Cinta de Matemáticas, D. Ramón Pardo, que era el veterinario del pueblo y de Alcublas, nos enseñaba la Historia; Don Ramón Ruiz que tomo posesión de la Parroquia en diciembre de 1970, nos daba Religión. D. Antonio que era el Practicante nos daba Latín y Lengua; D. Francisco Yerbes, nos explicaba la Formación del Espíritu Nacional en fin recuerdos de los últimos años de la Academia, aunque su esencia empezó a principios de los años 1960, con la llegada de D. José Formentín a Casinos.
Hoy son historias de ayer, pero historias llenas de gratitud, ya que sin tener Instituto en Casinos, pudimos estudiar, prepararnos de una forma libre, para obtener los aprobados o suspensos en el examen que teníamos que superar en Villar del Arzobispo. Pero en aquellos años tan diferentes a los actuales, tuvimos la oportunidad de estudiar.
Y acabo esta crónica con un entrañable recuerdo a profesores y alumnos, todos aprendimos en aquellas vetustas paredes, todos empezamos a madurar entre aquellas pizarras y ventanas, asomados a aquel pequeño balcón que era el mirador de todo lo que pasaba en la Plaza y en la calle Mayor.
De una infinidad de recuerdos, quiero dejar constancia del trabajo de una mujer que se encargaba de la limpieza de la Academia, que era Carmen Castellote (conocida más familiarmente como la tía Carmen la Gestalgana), aquella mujer era increíble, nos llevaba a raya, y los lunes cuando entrábamos en la Academia, nada más abrir el portón de madera, ya se olía a limpio, a lejía sobre las baldosas de barro marrón, porque el paso de la tía Carmen, dejaba impregnado el olor a limpio y a trabajo. ¡Cuanta gracia encerraban sus palabras cuando venía a contarle a Don José o a Don Rafael, alguna de nuestras travesuras!
Casinos rural, Casinos cultural, economía de Casinos, Casinos educativo Casinos de 1967. ¡Gracias a quienes nos educaron y nos enseñaron cultura! A quienes nos educaron para no ser sectarios, a todas aquellas personas que no dudaron un solo momento en darlo todo por sus alumnos.