POR JOSÉ SALVADOR MURGUI, CRONISTA OFICIAL DE CASINOS (VALENCIA)
En 1885 siendo Alcalde de Casinos, Carlos Bonet, Secretario del Ayuntamiento, Vicente Rodríguez y Concejales: Salvador Latorre, Andrés Hernández y Vicente Sánchez, la población se tuvo que enfrentar a la «Epidemia del Cólera Morbo Asiático» causa por la que fallecieron desde el 22 de junio hasta el 18 de julio de ese año, que fueron los días que duró la epidemia, catorce personas: Micaela Cervera, Ramona Solves, Manuela Muñoz, Estanislao García, Teodoro Yerbes, Juliana Soriano, Francisco Muñoz, Bonifacio García, María Rubio, Marcelina Murgui, Marcelina Ros, Juan Bautista Genovés, Fernando Latorre y Andrea Ten.
El Sacerdote de Casinos, era D. Vicente Plasencia, que anteriormente había desempeñado su labor pastoral en la huertana ciudad de Museros, cuyo patrón es San Roque. A la vista de esta epidemia, y al tener en Museros varias imágenes del santo, decidieron de mutuo acuerdo ambos pueblos traer una imagen desde Museros hasta Casinos, para poner a San Roque como intercesor, al ser abogado y protector contra el azote de toda pestilencia. A partir de ese momento San Roque pasa a ser el santo defensor de Casinos, oficiándose una «misa pro-populo» reseñada con el Nº 53 el día 16 de agosto.
Los días que duró aquella epidemia solo se celebraron misas cantadas al Santísimo Cristo de la Paz y el día 6 de octubre, se ofrece a San Roque una misa con sermón por una devota. En diciembre se celebran las fiestas patronales, el día 4 a Santa Bárbara, el día 5 al Santísimo Cristo de la Paz, y el día 6 a San Roque a expensas de una familia. A partir de ese año San Roque es un vecino de Casinos.
En el Término Municipal de Casinos, en la partida de la Hoya de Chiner, desde 1885, hasta 1992 se construyó la Ermita, con el único fin de que san Roque cuidara de nuestro pueblo desde el punto más alto y cercano: «Todos tus fieles devotos trabajaron con ardor, por erigiros un templo en honra y gloria de Dios, Casinos tiene una ermita en tu alabanza y honor», así se lee en los Gozos de Casinos, que escribió Francisca Feltrer y la música es de D. José Muñoz.
Otra de las letras que se puede leer dice: «En el año ochenta y cinco cuando la desolación, del cólera morbo asiático fuisteis nuestro salvador, librándonos del estrago que esta epidemia causó.» Por tanto ante tanta penuria Casinos, se puso bajo la protección de San Roque.
Por otra parte, las misas celebradas los días de la epidemia fueron cantadas al Stmo. Cristo de la Paz, que ya ostentaba el título de Patrón de Casinos, en uno de los cantos antiguos que se le dedica se canta: «La peste y la sequía, pedriscos y tronadas, por ti son rechazadas, viniendo a visitar, vuestra sagrada imagen, que es todo nuestro encanto, y del infierno espanto, el Cristo de la Paz.»
Estamos ante episodios de epidemias, adversidades climatológicas, y momentos duros para los pueblos, para nuestro pueblo, y aquellos antepasados pusieron estas calamidades a los pies e intercesión de nuestros patronos.
Otra de las estrofas que se cantaba se decía: «De esa cólera furiosa, que ha habido en todas partes, siempre Señor nos libraste, pues aquí nunca fue cosa, vuestra piedad amorosa, nos cuida con gran consuelo.» En el siglo XIX hubieron diferentes epidemias de cólera en 1834, 1854, 1865, 1885 y 1890.
La piedad popular nos recuerda estos hechos de siglos pasados, cuando hoy en el siglo XXI, en la era más poderosa de las eras, estamos sufriendo el azote de una nueva epidemia que no solo nos está amenazando, sino que está viva entre todos nosotros y con unas consecuencias imparables.
Posiblemente estas letras tan antiguas, no dos digan nada, o queden como un recuerdo elástico suspendidas en la historia, pero lo bien cierto es que si hace más de cien años eran actualidad, hoy el hecho de recordarlas, también sea actualidad para que volvamos a situarnos de dónde venimos y quienes fueron los que nos precedieron, mujeres y hombres honrados que se dejaron la piel porque heredáramos el Casinos de hoy. Ese fue su mejor legado.
Acabo estas letras recordando otra de las canciones populares dedicadas a San Roque, que se cantaba mientras se hacía el paseo andando desde Casinos hasta la ermita: «Deixemse les cases i anem poc a poc, i en la seua ermita, vorem a Sant Roc. Em temps de la pest, dolors i afliccions, pregares per mosatros al nostre Senyor, tenim en Casinos, la cosa millor, Sant Roc, Santa Bárbera i el Nostre Senyor. En eixa corona jo tinc una flor, la mes escollida del fondo del cor, aixo te regale, aixó es molt poc, ¡Cuant Deu s,enfurixca, lliuram del asot!»
Ahora tenemos el azote… ¿de quién es la furia, quien está furioso? ¿Cómo vamos a parar la pandemia? De verdad, deseamos todos que pase pronto el azote, la furia y todo el mal que nos está llevando esta dolencia del siglo XXI.