POR JOSÉ SALVADOR MURGUI SORIANO, CRONISTA OFICIAL DE CASINOS (VALENCIA).
Milio desde pequeño era una buena persona, un niño que todo lo hacía bueno, que entendía las cosas a su manera y las que aprendía jamás las olvidaba.
Ha muerto Emilio Marqués Lopez, “Milio el de Joaquina”. Siento una necesidad en mi corazón de escribir estas letras cargadas de sentimiento entremezclado en recuerdo a la madre y al hijo que vivieron el uno para el otro.
Milio desde pequeño era una buena persona, un niño que todo lo hacía bueno, que entendía las cosas a su manera y las que aprendía jamás las olvidaba. Era alumno de la escuela de Don Pedro, donde tantos niños aprendimos ciencias, matemáticas o geografía, aunque lo más básico que aprendimos fue a leer y escribir, con un profundo respeto a las personas. Nuestro Emilio llegó hasta allí, después fue creciendo en la edad de su pubertad y adolescencia, haciendo trabajos de ayuda a transportistas y ordinarios que lo tenían como personal de apoyo y confianza.
Una vez el trabajo realizado Milio compartía su experiencia hablándonos de los pueblos recorridos o las ciudades pisadas, recuerdo una ocasión que acompañó a Custodio Marqués a tierras catalanas, y Milio nos ilustraba recitando la relación geográfica de todos los pueblos recorridos, su memoria era ejemplar. Su sonrisa educada siempre acompañaba sus preguntas interesadas, ponía mucho énfasis al preguntar y atención para oír la respuesta.
Se sabía dos poesías muy largas, una dedicada a la Virgen de los Desamparados, a a la que profesaba gran devoción y a la que siempre quería ir a visitar y la otra poesía de Casinos, poesía que compuso Eleuterio Usach para una gala musical en el año 1965. Milio detrás de cada estrofa que recitaba, se paraba para enmarcar el aplauso: “¡Que Barcelona té una rambla, molt adorna i en floretes, pues Casinos, la te mes fonda i ademes te dos rambletes…” así pasaron los días, los años, hasta que Emilio y Joaquina por enfermedad, vejez, deterioro se quedaron en casa.
La hermosura desparece con los años, y la juventud deja paso a la vejez, los Servicios Sociales Municipales tienen que intervenir para salvaguardar la dignidad y calidad de vida que acucia en estos momentos de necesidad y las personas quedan recluidas en su casa, combinando hospitales y hogar para poder vivir.
Siempre hay personas con humanidad, caritativas y generosas que desde el anonimato silencioso ayudan y socorren estas familias tan necesitadas de amor… Joaquina se fue camino de la eternidad hace unos meses escasos, Emilio se quedó solo, su enfermedad y dolor con el aumento de sus dolencias le han hecho perder el tren que se toma en la estación de la vida, para llegar a la cumbre de la eternidad.
Allí no tendrá dolencias porque quedaron todas en la tierra, lo que si encontrara es paz, solo admirará la belleza del lugar y cuando se presente ante el Altísimo seguramente Emilio le preguntara por todo, investigará la gloria, querrá ser amigo de todos; soltara una risueña carcajada y a disfrutar de La Paz que nunca termina, porque si alguien merece un espacio en la gloria, ese es Milio, porque en su vía no hizo daño a nadie, siendo incapaz de pisar una hormiga. La calle de San José de Casinos pierde una casa que queda en silencio sepulcral. Feliz viaje Milio, disfruta en el más allá de aquello que el mundo te arrebató, piensa que tu fuiste uno de esos que has sido elegido para la gloria.