El Cronista José Rocafort, religioso del convento de San Agustín del siglo XVIII, nacido y fallecido en Castellón, relata en su crónica “Libro de las Cosas Notables de la Villa de Castellón de la Plana, 1762-1818” las fiestas, vidas y costumbres de la época que le tocó vivir. Nació el 28 de agosto de 1736, hijo de José Rocafort y Josefa Visa, matrimonio con doce hijos, seis varones y seis chicas, de entre los que el agustino fue el quinto, y tercero de los hombres.
La cercanía al domicilio familiar del convento de padres agustinos fue la causa de su asidua asistencia a la iglesia desde temprana edad, acudiendo para ayudar a la celebración de los oficios. Esto despertó su vocación que más adelante pudo encauzar en el mismo convento, en las aulas de aquel «curso de Filosofía en el que concurren con los religiosos muchos hijos de vecinos», del que escribió el Padre Vela.
Hay referencias de que en 1761 viste aún el hábito de coro y dos años después ya aparece ordenado sacerdote. Otros datos nos dicen que en 1771, es decir, a los 35 años, predicó el sermón del día de San Agustín, con motivo de la inauguración del retablo mayor de la iglesia del convento.
La propia actividad del Padre Rocafort va reflejándose a través de su crónica. A los 70 años, intervino en los conflictos y alteraciones que los acontecimientos políticos provocaron en 1808. Admirado y respetado por todos, se aceptó su arbitraje en el tema por su juicio ecuánime y severo. La entrada definitiva de los franceses el 21 de septiembre de 1811 obligó a los religiosos a abandonar el claustro y, durante tres años la Comunidad permaneció disuelta; el hospital de Trullols amparó a los agustinos enfermos, otros se albergaron en Lledó y algunos, como Rocafort encontraron hospedaje en casa de sus propios hermanos o familiares.
Restituido el convento a los religiosos en 1814, el Padre Rocafort siguió escribiendo su crónica hasta dos días antes de su muerte, el 28 de mayo de 1818, a los 82 años de edad.
La lectura de la crónica de José Rocafort nos ofrece con minuciosidad las fiestas con motivo de la proclamación de reyes, también las capeas y los fuegos de artificio, los proyectos para el trazado de calles, plazas y jardines o el nombre de las familias de aquel tiempo. Al respecto, escribió Codina: «En aquella celda del convento de San Agustín, fundado en los días del Conquistador, junto a alguna ventana hasta la que debieron llegar las ramas del severo y centenario ciprés plantado en la luna del claustro mayor, empezó sin duda fray José Rocafort, hijo de la Villa y del Convento, a escribir las cosas notables sucedidas en Castellón desde el año 1762. Y lo hace sin nada imaginativo, ya que escribe puntualmente cuanto ha visto o le han referido».
Textos extraídos por José Martí del reescrito de JOSEPH ROCAFORT VISA copiado de “SERES HUMANOS DE CASTELLÓN”, de Salvador Bellés