POR FRANCISCO JOSÉ ROZADA MARTÍNEZ, CRONISTA OFICIAL DE PARRES-ARRIONDAS (ASTURIAS)

Esta iglesia de nuestro concejo de Parres ya figura en la donación que el rey Ramiro I hizo en el año 926 a la iglesia de Oviedo.

Su templo -dedicado a Santa María Magdalena- es de estilo barroco, del siglo XVIII.

Edificio con unos volúmenes muy marcados, sobre todo si lo observamos desde el exterior. Consta de nave única, con la cabecera del templo sobresaliendo en altura. Tiene un pórtico perimetral que aparece cerrado en las caras norte y oeste, seguro que, por motivos prácticos, pues en esos costados es donde más le da la lluvia, tan frecuente en Asturias. Mientras, en su cara sur, apoya su cubierta en tres columnillas que reposan sobre un murete de mampostería, con dos entradas.

La entrada lateral situada en el lado sur aparece resguardada por el pórtico, está adintelada y enmarcada por orejas barrocas molduradas. El acceso al presbiterio presenta arco de triunfo de medio punto con dovelas marcadas que apoyan en capiteles imposta moldurados.

La bóveda del presbiterio es de crucería, con restos de su antigua fábrica medieval, y con cuatro nervios que arrancan de potentes ménsulas semicirculares y clave resaltada, en la que se aprecian dos llaves.

Un altar en alabastro se sitúa ante el muro testero y -sobre tres repisas voladas- acoge sendas imágenes, con la titular del templo (María Magdalena) en el centro.

Posee dos sacristías a las que se accede a través de sendas puertas adinteladas. En lo alto del muro sur se abren ventanas para dar luz al interior del templo, y otra para la sacristía, todas ellas de sillar. El coro se sitúa a los pies del edificio. Toda la iglesia presenta mampostería vista, con esquinales de sillar. En lo alto del imafronte -a los pies de la iglesia- sitúa la espadaña de dos ojos con sus campanas, enlucida y pintada en blanco. Estuvo en el pasado también enlucida la cabecera y todo el imafronte pero, afortunadamente, ahora está con la mampostería original a la vista.

Cubre con tejado a dos aguas sobre la nave, a cuatro en el presbiterio y a dos en su amplio pórtico.