POR JOSÉ RAIMUNDO NÚÑEZ-VARELA LENDOIRO, CRONISTA OFICIAL DE BETANZOS, MIÑO Y PADERNE (LA CORUÑA)
A nuestros años y después de haber visitado medio mundo, cualquier imprevisto resulta cotidiano, como una llamada de nuestro buen amigo Pepe Monteserín Corrales, escritor, ensayista, dramaturgo, guionista y cronista oficial de Pravia que se acercaba desde Asturias a pasar un par de días a Betanzos con su mujer y otro matrimonio de amigos el 31 de mayo de 2014, por lo que no dudé ni un instante en ponerme a su disposición. Se alojaron en el confortable y familiar hotel “Garelos” en la Plaza de Alfonso IX nº 8, antigua Feria Nueva, desde donde me dispuse a mostrarles nuestra ciudad. Hicimos el recorrido tradicional y obligado sin faltar el negocio de mi hermano en la calle de la Plaza nº 17, y pienso que agotados de tanta vuelta y monumentos, el apetito afloraba con el pensamiento puesto en los huevos y castañolas o patatas mariñanes como base primordial para elaborar la “Tortilla Áurea”, como la definió el reputado gastrónomo Marco Polo, opción imprescindible para recuperar el ánimo y las fuerzas que no dudé en brindarles en el prestigioso Mesón O’Pote, como establecimiento especial e idóneo para la degustación de este exquisito manjar tradicional de nuestro pueblo y su comarca.
En nuestra guía Everest de Betanzos de los Caballeros y sus Mariñas (León, 1984) al referirnos a la Gastronomía Mariñana ofrecimos obligado recuerdo a doña Ángela Fraga Rivera “Angelita”, heredera de la regencia del célebre restaurante “La Casilla” establecido en 1910 por su tía doña Angelita Rivera Baliño y su marido don Pedro Pérez Rivera, artífices de la célebre tortilla que lleva su nombre, y al requiebro que a este suculento plato dedicó Ramón Sierra al afirmar que:
“…En mi última pasada por Galicia he podido, por fin, recalar en Betanzos y atacar su famosa tortilla. ¡Soberbio consenso entre los huevos y las patatas! Es un plato civilizadísimo, centrista, que no permite la prepotencia de huevo, ni la preeminencia de las patatas, ni el mazacote patatero, ni unas papas que naden en un charco de huevo…”.
El almuerzo resultó todo un regalo para el cuerpo y el espíritu merced a la ilustre compañía y al buen hacer de don Alberto García Ponte y de su mujer doña Lisa María Vargas, quienes con su característica amabilidad alzaron nuestro pabellón culinario al sitial que le corresponde: no en vano, en el año 2011 fue el ganador del XIII Campeonato de España de Tortillas de Patata y en varias ocasiones del concurso local a la mejor Tortilla de Betanzos, en buena lid con La Casilla, Casa Miranda, Mesón Pulpeira y el restaurante Los Arcos, entre otros que no le van a la zaga.
Habríamos de recordar esta visita a bordo de una embarcación, no vayan a pensar que surcando el río Mandeo en dirección a los entrañables y únicos Caneiros ni mucho menos, puesto que sería allende los mares: en Nueva York, cruzando el río Hudson en el Ferry de Staten Island a las 20:30 horas del 13 de septiembre de 2015, en un momento en el que con mi mujer admirábamos la Estatua de La Libertad y el resplandor de la antorcha dorada que sostiene con su mano derecha que se intuye luminaria y solo refleja la luz, al unísono con la silueta de los radiantes rascacielos que efectivamente convierten a esta ciudad en la capital del mundo, con asombrosa y descomunal nocturnidad. De pronto salimos de la abstracción con un toque de hombro: ¿Me conoces? Y el asombro fue mayúsculo, puesto que teníamos ante nosotros al susodicho don Alberto, compañero de travesía y propietario del mencionado Mesón O’Pote de Betanzos.
Superada la sorpresa nos informó que se encontraba en Nueva York realizando unos cursos de especialización gastronómica. Recordamos aquella visita a su mesón con el amigo Monteserín, de tan grato recuerdo, e incluso de otra agradable sorpresa que nos habíamos llevado la víspera en el restaurante donde almorzamos, en cuya carta de menú se ofertaba el siguiente plato:
“VEAL & RICE BALLS with Lemon mushroon sauce and a splash of our Albarino wine from Galicia, Spain…”.
Llegamos al convencimiento que nuestra tierra está presente en todas partes y que el Albariño es el mejor blanco del mundo, al igual que la Tortilla de Betanzos de los Caballeros, que de batirse saben hasta los huebos, con b o con v para no faltar a la educación, tal y como recordamos en aquel inesperado encuentro “¡Manda huebos!” con b, imprescindibles para la elaboración y ensalzamiento de nuestro plato áureo, y como testigo la excepcional y grandiosa estatua de La Libertad.
El almuerzo que disfrutamos el pasado 3 de marzo en este restaurante de la Primera Travesía del Progreso nº 9, en compañía de nuestro pariente el artista don Jesús Núñez con su mujer doña Dolores Galilea, su sobrino don Antonio Ramallal Núñez, y los amigos don Francisco Manuel Díaz Pereira y don Juan María García Otero, ha reafirmado los principios de calidad, presentación y atención que caracterizan a este mesón con amplio y exquisito menú de nuestra tierra, digno del mayor de los encomios y que reluce por su pulcra blancura sin necesidad de antorcha que lo vislumbre.