POR ANTONIO SÁNCHEZ MOLLEDO, CRONISTA OFICIAL DE MALANQUILLA (ZARAGOZA)

Plasencia cuenta con la peculiaridad de tener dos catedrales en una. La Catedral Vieja o Iglesia de Santa María que constituye un ejemplo muy interesante de transición del románico al gótico se comenzó a principios del siglo XIII y las últimas aportaciones protogóticas se dieron en el siglo XV.

La Catedral Nueva por su parte, se comenzó a construir en 1498. En las obras toman parte los más destacados arquitectos del momento, Enrique Egas, Juan de Álava, Francisco de Colonia, Alonso de Covarrubias, Diego de Siloé y Rodrigo Gil de Hontañón. A destacar la magnífica sillería de coro, del siglo xv, donde se muestran los sitiales de los Reyes Católicos, y la Cátedra del Obispo, que son obra del tallista Rodrigo Alemán, el retablo mayor, tallado por el imaginero Gregorio Fernández y su escuela vallisoletana, con pinturas de los madrileños Francisco Rizi, Luis Fernández y Mateo Gallardo.

Posee una espléndida fachada plateresca, obra de Juan de Álava, que la terminó en 1558

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