CATEDRALES OLVIDADAS
Jul 10 2024

POR MANUEL GARCIA CIENFUEGOS, CRONISTA OFICIAL DE MONTIJO Y LOBÓN (BADAJOZ)

En opinión del arquitecto César A. Azcárate Gómez, hablar de silos es hablar de ‘catedrales olvidadas’, pues el observador puede contemplar las similares dosis de potencia y belleza en edificios funcionalmente tan dispares. Los silos de la Red Nacional constituyen uno de los episodios más importantes de construcción pública en España que ha sido olvidado por la historiografía de la arquitectura española del siglo XX.

El primer Silo de Montijo se circunscribe a los llamados Silos de recepción dentro de la Red Nacional, puesto que se sitúa próximo a la Estación de Ferrocarril, según plano de situación realizado por la zona de Policía de Ferrocarriles, refrendado por el jefe de vía y obras de la 2ª Zona, de fecha 19/XI/1954. Se localiza en la Avenida de la Estación. En una superficie de 18.725 m2. Los terrenos para la construcción del primer Silo fueron aprobados por la Corporación Municipal en la sesión extraordinaria del 22/VI/1954, siendo alcalde José Tena Hidalgo junto con doce concejales, celebrada conjuntamente con el número suficiente de vecinos de entre los mayores contribuyentes por rústica, que fueron treinta y nueve. En la sesión se trató la cesión al Servicio Nacional del Trigo, de 4.687 m2, en el Ejido de las Eras, en el Trazo XXIII, donde se construiría por dicho organismo un Silo para la recogida de cereales y leguminosas de la comarca. Era Ministro de Agricultura Rafael Cavestany, ingeniero agrónomo, que estuvo al frente del ministerio desde 1951 a 1957.

Se proyectaba un Silo para Montijo y comarca de menor tamaño que los edificados entre 1941-1950, al estar la comarca dentro de las obras del Plan Badajoz, en el que se disponían a través de los canales de Montijo y Lobón, regar 25.000 y 11.000 hectáreas gracias a la Presa de Montijo cuyas obras finalizaron en 1955. El Silo fue punto de referencia desde su inauguración y puesta en funcionamiento, año 1957, de los agricultores de la comarca por la entrega que realizaban de sus cosechas de cereales, especialmente trigo y cebada. Eran largas las filas que en la época de la cosecha se formaban en la carretera de la Estación.

El Macro Silo formó parte de la red básica de almacenamiento público, compuesta por 141 silos y graneros, con una capacidad total de almacenamiento de 977.320 toneladas, almacenándose en Extremadura 101.070 toneladas (los silos de Mérida, Montijo, Trujillo, Azuaga, Badajoz, Don Benito, Llerena, Villafranca de los Barros, Cáceres y Campo Lugar), en la que se inserta el Macrosilo de Montijo que fue construido en 1981 por la empresa Hispano Alemana de Construcciones, del grupo Rumasa, a base de hormigón armado deslizante. Catalogado dentro de los silos de tipología TV, con una capacidad de almacenamiento de 20.000 toneladas. El primer Silo de trigo formó parte del paisaje industrial formado entonces por la Estación de Renfe, la Electro Harinera, la fábrica de conservas de Felipe Corchero, adquirida por el Ini como Invecosa y luego Carcesa, la bodega de Macario Martín Hernández, junto con las viviendas de la llamada Colonia Elías.  Artículo publicado en Crónicas de un Pueblo).

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