POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)

Ayer, triste día el de ayer…, como así iniciaba su relato del juego de las siete y media don Mendo Salazar y Bernáldez de Montiel.

Un servidor para evitar manifestaciones televisadas, radiadas, aplaudidas, denostadas, etc., etc.,. pues «¡pa Colunga!».

Bueno, a decir verdad, antes de mi (nuestra) escapada al «pueblín», que es villa y capital de concejo, vivimos encantados un «sucedido que nos sucedió» en este Gijón marinero,»sidreru y playu».

Saben ustedes a través de mis «Histories… “que yo soy «monterrubianoadicto» colaborando en lo poco que puedo con el Grupo «No Eres de Monterrubio de la Serena si…». Pues ni más ni menos que el alma mater de ese Grupo, Ventura Romero Ariza, su esposo y uno de sus hijos, en visita a Asturias, han tenido la gentileza de compartir con mi mujer y conmigo una tarde de amistad muy entrañable.

¡Vaya!

Si antes era casi monterrubiano ahora soy monterrubianísimo.

Y les decía que escapamos «pa Colunga» con parada en Villaviciosa, por el aquel de rendir pleitesía (falsa pleitesía, claro) al pretendiente don Carlos de Gante, después don Carlos I , que tuvo el mal gusto de decir que las asturianas eran feas, mal vestidas y desastradas. ¿Qué se podía esperar si su tío abuelo era «El Impotente», su madre «La Loca» y su padre «El Hermoso”?

¡Coses de la genética!

¿Y qué hicimos en Villaviciosa?

¡¡¡Comprar un mono!!!

¡¡No, no, no!!!

¡¡No se asusten!!

Un MONO es un bonito pequeño, de unos 3 kg o algo más.

¡Claro!; «si ye pequeñín, ye guapín, ye muy monu».

Lo entienden, ¿verdad?

Y con los lomos del buen animalito preparamos una cazuela (que no un marmitako ni un sorropotún) al modo que siempre se hizo en Colunga, «que es un pueblo de sandunga y el de la mejor manzana de la comarca asturiana».

Se cortan los lomos (1 kg. aproximadamente) en trozos medianos y se pasan, vuelta y vuelta, por aceite muy caliente y se llevan a una cazuela.

En el aceite de fritura se elabora un pisto con cebolla, ajo, pimiento verde y pimiento rojo y abundante tomate.

Aparte, en agua con sal y dos cucharaditas de azúcar, se cuecen unos arbeyinos (guisantes).

Pisto, guisantes y su agua de cocción y caldo de pescado si fuere preciso, se llevan a la cazuela del bonito y da todo unos hervores durante unos 10 minutos,

Tras un reposo de una hora se añaden unas patatas pequeñas redondas fritas (patatos), reposa unos minutos y se sirve, muy caliente, en cazuela de barro.

¡Ah!

Recuerden que el bonito «non quier agua»… Ustedes verán.