LA CONSEJERA DIRECTORA DEL IEG Y CRONISTA OFICIAL DE CARBONEROS (JAÉN), ADELA TARIFA, RECORDÓ QUE, ENTRE LOS RETOS QUE ASUMIÓ AL ACCEDER A ESTE CARGO, ESTÁ ABRIR PUERTAS Y HACER QUE TODAS LAS ÁREAS DE CONOCIMIENTO TENGAN CABIDA EN EL INSTITUTO DE ESTUDIOS GIENNENSES
Mis recuerdos de mi padre como escritor remiten a un ser arisco, encerrado en su concha de caracol como el cangrejo ermitaño que ve acercarse a un competidor más grande, y quejándose del mundo en el bien entendido de que este, el mundo, es el verdadero culpable cuando pasan los días y no crece la pila de las cuartillas listas para la imprenta”. Camilo José Cela Conde y sus más personales reflexiones sobre el taller literario, la creación íntima de su padre, protagonizaron la apertura del curso académico del Institutos de Estudios Giennenses. “El taller del escritor. Camilo José Cela en su intimidad literaria” era el título de esta conferencia que, al mismo tiempo, sirvió para abrir las jornadas que se dedicarán, a lo largo de noviembre, a la relación del Nobel con Jaén.
“Este día no es para mí la apertura del curso académico del Instituto de Estudios Giennenses, ni es el 2 de noviembre de 2016, es para mí una emoción, la de celebrar el centenario de mi padre en unas tierras y con unas gentes que formaron parte de su obra”, destacó al comenzar el también escritor.
“Hablar del taller del escritor es hablar de su alma. Pocos oficios se hacen con herramientas tan significativas. La pluma y el papel, o si se prefiere, el cincel y la tabla de arcilla, llevaron a la humanidad de golpe desde la barbarie hasta la civilización. Las palabras y las ideas son cruciales, faltaría más, pero la manera de transportarlas para que se convirtieran en un patrimonio común no puede ser dejada de lado sin que en el trajín se escape buena parte de lo que es la literatura”, defendió Cela Conde. Habló así de herramientas, de las cuartillas con anotaciones al margen y borrones de su padre: “La lucha romántica entre el hombre y las musas no se decide, a mi juicio, por el mero hecho de utilizar o no una máquina”. “La literatura de mi padre propendió siempre al nomadismo. Cada novela le exigió un lugar distinto, difícil de prever hasta que llegaba el momento oportuno y, sin duda, peculiar”, destacó.
El protagonista fue presentado por Gaspar Sánchez Salas, profesor jiennense que fue el último secretario personal de Cela. “Su hijo es su mejor legado, quien mejor lo representa”, aseguró.
CURSO. “Desde el mes de junio contamos con Adela Tarifa como consejera directora y cronista oficial de Carboneros, la primera mujer que en los 65 años del Instituto de Estudios Giennenses preside la institución”, destacó el presidente de la Diputación, Francisco Reyes, en la presentación del acto. También recordó a dos importantes consejeros que han fallecido este año, el secretario de este instituto desde 1987, Salvador Martín de Molina, y el Cronista Oficial de la Provincia, Vicente Oya. La consejera directora, por su parte, recordó que, entre los retos que asumió al acceder a este cargo, está abrir puertas y hacer que todas las áreas de conocimiento tengan cabida en el Instituto de Estudios Giennenses.
Fuente: http://www.diariojaen.es/