POR JUAN JOSÉ LAFORET HERNÁNDEZ, CRONISTA OFICIAL DE LAS PALMAS DE GRAN CANARIA (LAS PALMAS).
La cuarta · La aeronáutica pasó a ser uno de los temas y ejes fundamentales del debate social, económico y cultural de la sociedad grancanaria en los años veinte, con proyectos pioneros que incluso llegaron a llamar la atención del rey Alfonso XIII.
ran Canaria, en los últimos días de enero de 1924, era una fiesta. El recibimiento, la gran acogida y los días inolvidables que aquí pasaron las tripulaciones de los aviones del ‘Raid Larache-Canarias’, fue mucho más que el primer aterrizaje de unos aviones en el páramo de Gando, mucho más que confirmar la posibilidad de unas nuevas rutas aéreas, que conectaran África y la Península Ibérica con las Islas Canarias, mucho más que asentar a ese territorio, de la costa entre los municipios de Telde e Ingenio, como el mejor emplazamiento para un gran y moderno aeródromo. Con la llegada y aterrizaje en Gando, aquel inolvidable 18 de enero de 1924, de los tres Breguet XIV, el ‘Islas Canarias’ el ‘Gran Canaria’ y el ‘Tenerife’, procedentes de Cabo Juby y acompañados por el hidroavión Dorniel Wall, que amerizó en el Puerto de La Luz, se abría una nueva e ineludible gran puerta al futuro y el progreso que Gran Canaria, así como Canarias en general, disfruta en la actualidad, mirando confiada al futuro y a una nueva puerta de progreso, la del «espacio exterior».
La primigenia y fecunda semilla que dejó en abril y mayo de 1913, entre una expectación insólita de la población local, el vuelo del aviador Leonce Garnier, al efectuar el primer vuelo de la aviación en Canarias, sobre los cielos de Las Palmas de Gran Canaria y, posteriormente, del norte de la isla, se consolidaba ahora definitivamente en una isla que, con instituciones como el Cabildo Insular o el Ayuntamiento capitalino al frente, fueron adelantados en el convencimiento que la aviación era un recurso imprescindible para el devenir histórico del Archipiélago, tanto para su defensa, como para sus relaciones comerciales de todo tipo. Tras la primera gran guerra, Gran Canaria, sus autoridades, sus instituciones civiles, muchas de sus más destacadas personalidades, tuvieron puesta su vista en las experiencias y expediciones aéreas que trataban de abrir rutas entre los continentes atlánticos, al considerar que la isla podría y debería ser un enclave privilegiado para la moderna aviación en sus rutas atlánticas. La aeronáutica pasó a ser uno de los temas y ejes fundamentales del debate social, económico y cultural de la sociedad grancanaria en los años veinte, con proyectos pioneros que incluso llegaron a llamar la atención del propio rey Alfonso XIII, que conoció el proyecto de crear un servicio aéreo permanente entre la Península y Canarias, acordado el 20 de enero de 1922 por el pleno del Cabildo de Gran Canaria, a tenor de una iniciativa del teldense Carlos Navarro Ruiz, como consta en el libro actas n. 11 de esa institución.
Con la llegada de los tres Breguet XIV, se abría una nueva e ineludible gran puerta al futuro y el progreso
Hoy, este 18 de enero de 2024 se conmemora, en el que, junto con el Puerto de La Luz, constituye uno de los puntos más extraordinarios del progreso de Gran Canaria, el centenario de la llegada y aterrizaje por vez primera de unos aviones en el páramo de Gando, enclave histórico de esta isla desde tiempos inmemoriales, pero desde el que siempre se miró al horizonte del futuro. Por aquí, según se ha señalado también pudieron pasar las naves descubridoras de un nuevo mundo en 1492, aquí se levantó una fortaleza, la torre de Gando, que, tras diversas reedificaciones y usos, con el tiempo dejó de mirar al interior, para mirar al exterior y ser salvaguarda de la isla, de sus habitantes y de sus actividades agrarias y comerciales. Pero hoy, cien años después, junto a la imagen de aquellos tres Breguet XIV, aterrizados en las inmediaciones de estos terrenos que hoy ocupa una magnífica y moderna Base Aérea, y un aeropuerto que, según ha confirmado el Patronato de Turismo grancanario, «ha cerrado el ejercicio de 2023 con un dato histórico, al haber superado la estadística de entrada de pasajeros de los últimos años y acabar cerca de la cifra de 14 millones de viajeros», también se conmemora el centenario de una sociedad isleña encendida de orgullo y esperanza con lo que la arribada de aquellos aviones, de sus tripulaciones, suponía para la isla y su porvenir.