POR SANTIAGO IZQUIERDO, CRONISTA DE SAN SEBASTIÁN DE LOS REYES (MADRID)
EL HOGAR, DEL QUE DEBEMOS MUCHO A JOSÉ LUIS GÁMIR, FUE EL GERMEN DE MUCHAS ACTIVIDADES ARTÍSTICAS Y DEPORTIVAS DE SANSE
Corría el año 1963 cuando como suele ocurrir y además es lo más normal y natural en la juventud, ésta estuviese inquieta por realizar actividades tanto deportivas como culturales.
En esta nuestra localidad aún quedaba el poso de una juventud anterior a la nuestra, que había desarrollado dentro de sus posibilidades de posguerra una serie de actividades en el sentido anteriormente expuesto.
Con la llegada de Eduardo San Nicolás al que siempre recordaremos por haber llevado a este pueblo a la cima de la tauromaquia, principal artífice de la fama de que hoy gozan nuestros célebres encierros y corridas de toros, que últimamente no brillan con el esplendor que a todos nos gustaría, y no lo achaquemos todo al ´latiguillo´ de la crisis. También contribuyó a potenciar el arraigo futbolero que ya existía en nuestro pueblo desde los años veinte, como tenemos documentado en fotos en el Archivo Municipal, y creó un equipo al que denominaron el Club Farmacia, en consonancia de que su sede radicaba en la botica que él regentaba.
Como os decía esta juventud necesitaba desarrollar sus aficiones, tanto culturales, sociales y deportivas, y en esta tesitura surgió un personaje providencial para encauzar y animar a que ese grupo de jóvenes materializasen sus anhelos, esta persona no fue otra que José Luis Gámir, que acababa de llegar a la localidad. Su arrolladora personalidad y su sencillez pronto se ganó la confianza de un gran número de jóvenes y en general de todos los vecinos de la localidad.
Aquellos muchachos que habían militado en el Club Farmacia, pronto vieron en José Luis su tabla de salvación para seguir practicando su deporte favorito: el fútbol. Lo primero que se hizo fue inscribir el equipo de fútbol en una competición amateur, y se eligió la liga que organizaba Educación y Descanso.
La equipación del Sanse
Se contaba con las viejas camisetas del Farmacia, pero estaban ya muy deterioradas, ¡Aún las recuerdo: eran rojas con una raya azul inclinada y se abotonaban por el pecho! No se cómo pero José Luis consiguió una subvención para adquirir camisetas nuevas, el bono era para una tienda de deportes que estaba junto al cine Barceló, en Madrid. Cuando llegamos nos dieron a elegir las clásicas blancas, azules, verdes…, pero había unas que nos llamaron pronto la atención: eran blancas con una franja roja en el pecho, y esas elegimos. Pensamos “son como las del Elche”, pero las suyas tienen la franja verde y como las del Rayo Vallecano que tienen también franja roja, aunque inclinada.
De allí salimos con camisetas, medias y seguramente un balón…, pero las botas se las tenía que agenciar cada componente del equipo.
Esa equipación ha perdurado en el tiempo, pues sigue siendo la del Sanse. Os contaré como anécdota que estos colores son los que se eligieron para institucionalizar la bandera de nuestro pueblo.
Los veteranos
Este primer equipo ya `serio estaba formado por algunos´supervivientes´ del Farmacia como eran Lolo Valdeavero, Pepe y Lolo Fernández, los ´gallegos´, Gildo Olivares, Ángel ´Conejo´, Paquito ´el alcalde´ y quizás algún otro que no me viene a la memoria. Quiero recordar que este nuevo equipo estaba formado entre otros por Lolo Canales, Agustín ´pirata´, y su hermano Angelín, Lolo y Fernando `los pasteleros´, Gabriel Izquierdo, Fernando del Campo, Cirilo Hernández, `Chapiri´, Toñín Valdeavero de portero y también estaban Pepe `el Baila´, `Goyín´, Ramón Sanz, Cándido, Sixto, Goyo Guillén, Andrés `El rayo´,José Luis `viruta´, Claudio Chicote, `Chelín´, José Luis Cabrero, Enrique Seivánez, Santiago `Cabito´, Manolo Arce, Antonio Marina, José Alberto y algunos otros que ahora no recuerdo y a los que pido disculpas. El entrenador era Alfredo. Años más tarde este equipo se federaría como Unión Deportiva San Sebastián de los Reyes, pero no olvidemos que estoy refiriéndome al nacimiento del Sanse.
Me gustaría recordar a muchos amigos que también fueron decisivos en que esta aventura fructificase, muchos desgraciadamente ya no están como Antonio `el longuis´, Paco Alonso ´jarana´, Lolo Cabrero Pereira y otros más.
Afortunadamente aún contamos con Candelas Hernández y su hermano Cirilo, y disculparme los que me dejo en el tintero.
El campo del arroyo
Como curiosidad deciros que el campo de fútbol estaba junto al arroyo que nos separaba de Alcobendas, hoy la Avenida de España, donde está en la actualidad la Galería Los Reyes. La mejor grada era la que estaba junto a la carretera (calle Real), pues los frondosos árboles nos cobijaban de la calorina.
¿Los vestuarios de los equipos? Estaban en la trastienda del Bar `La Terraza´, donde hay ahora una chocolatería. Lo que nos aguantaban y ayudaban Colás Colmenar y su mujer Tomasa. El árbitro se vestía en el piso de José Luis Gámir, la casa es la que está marcada con el número 19 de la calle Real. Mi más cariñoso recuerdo para Pili Ruiz, su mujer.
En el aspecto deportivo ya se estaba ganando una ´batalla´ con el equipo de fútbol. Hubo un conato de intentarlo con el baloncesto, pero no terminó de cuajar, de ello saben mucho algunos de sus componentes: el actual alcalde Manuel Ángel, Venancio, Laureano, Javi,Fernando, Pablo, Rafa García, José Antonio `milindres´, Naranjo, Paco `foro´….
Esta actividad cumplía con las expectativas de algunos jóvenes como he mencionado, y por tanto a todos los amantes del deporte, pues pronto se creó un importante grupo de aficionados que acompañaban y arropaban al equipo asus desplazamientos. Estas eran otras aventuras, pues se iba la mayoría de las veces en el transporte público, y a donde éste no llegaba se alquilaba a ´escote´ el pequeño autobús de Avelino. Ah! ¡y el gasto del arbitraje también lo pagábamos entre todos!: jugadores y directivos. ¡Que tiempos!, recordándolo no quisiera parecerme al Abuelo Cebolleta.
La tradición teatral
Aparte del deporte, otros jóvenes también tenían otras inquietudes como artísticas y musicales, y había que satisfacerlas.
De siempre nuestra localidad había dado rienda suelta a su gran afición por el teatro; recuerdo que doña Esperanza Abad guardaba celosamente algunos programas en que se anunciaban actividades culturales de finales del siglo XIX, en la que intervenían sus tíos Manuel y Agustín Giménez Frutos -éste último fue Registrador de la Propiedad de León-, Manuel Montes, Leandro Díaz, que como recordatorio traeré a colación que a mediados del XVII ya se hacían representaciones teatrales y comedias durante las fiestas del Cristo de los Remedios.
También me consta que en primer tercio del siglo XX se continuó con esta tradición artística. Destacaré las obras que representaron como protagonistas Julia Esteban y Juan de la Puerta, y les secundaban el tío Agustín Sanz, Cruz Frutos, Juan José Muñoz, y su prima Elisa Muñoz, Visita Navacerrada, Martín y Lope Tato y un largo etcétera que los más mayores del lugar habrán oído hablar de ellos a sus padres.
Este quehacer artístico tuvo continuidad como decía anteriormente en la posguerra, a los que muchos hemos llegado a conocer y aún por suerte siguen entre nosotros varios de ellos, estoy recordando a Mariano Valdeavero, a su mujer Gloria Esteban, Queta Aguado y su hermano Manolo, Laureano Navacerrada, Marisa y Mercedes de la Puerta, Fernando Armendáriz, Marifé Caballero y un extenso etcétera.
Y en esa llegó otra oleada de aficionados a las tablas y que pronto se unieron a ese Hogar Cultural y Deportivo que había fundado José Luis Gámir con el tío
Pepe `el cuadrado´ y algunos atrevidos -como es mi caso- que les secundábamos.
Nuevos cómicos
Entre estos nuevos “valores” de la escena local tendré que recordar algunos. Me es imposible mencionar a todos, que me disculpen los no citados, ¡Cómo no!, allí estaban Mari Val Tato, Tina Sanz, Marina Esteban, Loli Navacerrada Siguero, Pilar Navacerrada Carcajona, Pilar Navacerrada Sanz, Cristina Sanz,Antonia Sanz, Mari Carmen Esteban, Paquita Tato, Mari Carmen González, Angelita Pérez, entre las damas, y por los chicos Valentín Cañeque, José Rojo, León García, Marcos Sanz, Luciano Porras, Pepe “el baila”, Angelín Fernández, Ramón Sanz, Víctor Matías, Salva Peláez y algunos más y un despistado que escribe estas líneas. La dirección se la dejábamos a Carlos Enises, Lolo Navacerrada y Adolfo Carreto. La peluquera era Lauri Esteban. El maquillaje corría a cargo de Fina Olivares. La puesto de apuntadora lo ejercía nuestra querida y nunca olvidada Mari Pili Sanz Muñoz. ¡Ah! Y en el atrezzo nos ayudaban numerosos vecinos prestándonos sus muebles. La iluminación estaba en manos del señor Manolo, el alguacil.
El amor a la música
En este año 1963 ya teníamos asentados los dos pilares propuestos: el cultural y el deportivo, pero nuestros jóvenes tenían aún más inquietudes, principalmente una muy arraigada en nuestro pueblo como era la musical y ¡¡claro que se llevó a término¡¡, se creó una rondalla, y como nuestros jóvenes eran muy polifacéticos, algunos sacaban tiempo de jugar al fútbol, ensayar teatro y pertenecer a la rondalla como Ángel Fernández, Ramón Sanz, Toñín Valdeavero. Otros hacían doblete como Luciano Porras, Víctor Matías, Luis Ruiz y Salva Peláez. Entre los asiduos a esta tuna recordaremos a Tomás Colmenar, Vicente Navacerrada Valdeavero, Fidel Núñez, y puede que alguno más. El benjamín era Vicente Navacerrada Martín `pelorroto´ y el toque femenino lo ponía Loli Navacerrada. Se contaba con la dirección musical de don Juan López Marín, el médico de tantos años en esta localidad, y la colaboración de la madre de Víctor, Antonia Sánchez que les confeccionó los trajes de tunos.
Bailes tradicionales
La cuarta pata fue el grupo de danzas y bailes tradicionales castellanos que tan magistralmente dirigía Pablo Peláez. También quiero recordar actuaban Toñi y Paqui Pascual, Conchita Díaz, Consuelo y Andrés Berzal, Ana Sevilla, Fernando `el pastelero´, Vicente Elvira, Juanito López, Julio Umbría, Luis Ruiz, Víctor Mínguez y Salva Peláez, que estaba metido en todos los charcos. Mil disculpas para los no citados.
No quiero alargarme mucho más; tan sólo recordar que fueron numerosas las actuaciones y eventos en que participaron nuestros jóvenes del teatro, de la rondalla y de los bailes tradicionales y no sólo en nuestra localidad, sino también fuera de ella. Los de la farándula hicieron dos representaciones en concurso en el Teatro Marquina de Madrid.
Éxitos deportivos
En cuanto al Sanse consiguió varios triunfos en los campeonatos de Educación y Descanso. Posteriormente se pasó a partidos regionales, una vez que el equipo fue federado. Otro éxito de aquella directiva del Hogar fue la construcción del campo actual de Matapiñonera. Hubo que buscar muchas ayudas, pero se consiguió y aquí recordar la cesión del terreno que hicieron José Hernández y Gabriel Izquierdo. Posteriormente el campo fue municipalizado.
Y ahí hemos tenido a nuestro querido Sanse competiendo en la Segunda División B del fútbol nacional. Cuantos al leer estas líneas sentirán añoranza de aquella época en que acarreábamos la cesta con la equipación en autobuses y metro y cada uno se pagaba su billete, de verdad que un hurra por aquel equipo, esa era afición de primera división y de champions league.
Aún recordamos los encuentros con el Perkins y el Hauser y Menet y la trifulca que se formó con éste en el Parque Sindical. Como anécdota deciros que el campo del San Agustín, en el Barrio de Entrevías, estaba junto a un descampado que servía de retrete a muchos de los vecinos, lo que suponía otro espectáculo, además del deportivo.
La prensa
Queríamos dar a conocer nuestras actividades y para ello no valíamos de los pocos medios que teníamos a nuestro alcance, que consistían en una multicopista que tenía el Ayuntamiento, la primera ´revista´ fue de corta vida, pues al tercer número nos clausuraron la multicopista, pues cometimos la osadía de hacer una `sana crítica´ a la Corporación Municipal.
Posteriormente editamos `Sanse adelante´, `En Marcha´ y `Sanse´, en las que dábamos las noticias de nuestro Hogar. En este último aparecen noticias no sólo de fútbol sino también de baloncesto, ajedrez, ciclismo, atletismo, etc., pues ya hacíamos de todo un poco. Otro éxito de aquellos directivos fue crear el germen de la Unión Ciclista. Paraello se contó, y la verdad que no hubo que insistir mucho con Ángel y Lolo Cabrero, Lolo ´cacharrero´, Luis Sanz y quizás algún otro que ahora no recuerdo, para que pusieran en marcha de nuevo su gran pasión: el ciclismo. Este deporte fue y sigue siendo una de las mayores aficiones que han tenido los jóvenes de nuestro pueblo. Por cierto, que se contó con el entusiasmo de Pilar Buenache para que todo esto llegase a buen puerto.
De sede en sede
¿Dónde nos reuníamos? Esa fue otra aventura, el contar con una sede. La primera la tuvimos en la calle Doctor Fleming, en un bloque de la Fuentesanta, de allí nos tuvimos que ir porque no teníamos un duro para pagarla; pasamos después por la calle Higueras, y por último, nuestro ángel protector, Esperanza Abad, nos cedió gratuitamente una casita en la calle Postas. Allí se ensayaba el teatro y los bailes, y se llevaba la ´contabilidad´ de los socios. Era nuestro refugio para soñar con nuevas metas.
Los escenarios teatrales
Las obras de teatro las representamos en diversos escenarios; la verdad que donde se podía y es de agradecer las facilidades que siempre nos dieron sus propietarios. Se hicieron representaciones en el recientemente desaparecido Cine Siracusa (calle Real c/v a Pedro Colmenar), Salón de baile de la calle del Viento, Salón de baile de la Avenida (María Santos Colmenar), Cine Régium y Cine Navacerrada y anteriormente se hacían en el Baile del Tío Mena. En el Archivo Municipal se conservan algunos programas de varias obras de teatro como `La locura de Don Juan´, `Manda tu madre a Sevilla´, `La Herencia´, `La llave en el desván, etc. Desde aquí os animo e insto a que si tenéis otros programas o fotografías los depositéis en el Archivo, pues allí quedarán a disposición de futuras generaciones.
Sanse, Sanse, Sanse
Este cariñoso diminutivo con que hoy conocemos y llamamos a nuestra localidad viene de aquellos días, en que todo el pueblo estaba entregado a nuestro equipo de fútbol al que llamábamos `el Sanse´, por aquello de abreviar el nombre.
El pueblo estaba creciendo, ya estábamos a mediados de los setenta, y con el diminutivo del equipo deportivo pasó a denominarse y conocerse a toda una ciudad para siempre. Algo habría que agradecerles a aquellos pioneros de principio de los sesenta por su contribución al bautizo de todo un pueblo y dar sus colores a su bandera.
Tenemos que decir que en aquella época Sanse tenía poco más de 5.000 habitantes, hoy vamos camino de los 85.000 y nos alegraría a los que aún resistimos de aquel Hogar que estos nuevos sansebastianenses o ´apodacas´ nos recordasen como nosotros lo hicimos con las generaciones que nos precedieron, pues ellos nos enseñaron sobre todo algo muy hermoso: el amar las costumbres y tradiciones de esta hoy gran ciudad.
El alma de todo esto que os estoy contando tiene un nombre propio: José Luis Gámir Agudo, al que quizás no hemos agradecido lo suficiente lo más importante de todo lo que nos aportó con su amistad y entrega, el que consiguió que fuésemos un pueblo feliz.