POR FERNANDO JIMÉNEZ BERROCAL, CRONISTA OFICIAL DE CÁCERES
Al presente, la antigua Ciudad Deportiva Sindical de Cáceres es el mayor complejo deportivo, de carácter público, que existe en la ciudad. Su denominación actual es Centro de Tecnificación Deportiva y entre sus infraestructuras se encuentran piscinas, campo de futbol, pistas de atletismo, piscina climatizada, gimnasio, cafetería o residencia de deportistas entre otros servicios, que este espacio presta a los ciudadanos que se benefician de sus instalaciones. Este complejo deportivo, heredado del desaparecido sindicato franquista, tiene un pasado que se encuentra enraizado en aquella España de posguerra, que se iniciaba con la instauración de un nuevo orden social surgido desde el bando triunfador. En este nuevo escenario, político y social, el papel de los nuevos sindicatos, como aglutinadores de la masa trabajadora y contrarios a la lucha de clases, se convertirán en una constante durante los primeros años del franquismo.
La recién creada Central Nacional Sindicalista (CNS) se convierte, desde su inicio, en reducto de aquellos falangistas partidarios de edificar un nuevo Estado Social, al estilo de lo que se estaba realizando en Alemania con el Nacional- Socialismo. Una pretensión que acabaría colisionando con los intereses de ciertos sectores, que habían apoyado al nuevo régimen, como la iglesia, los grandes propietarios rurales y los representantes del capitalismo patrio, aparte de sectores de la milicia que lo percibían como un poder paralelo al del propio dictador. En este contexto histórico, surge la idea de celebrar exposiciones de productos, tanto artesanales como agrícolas, que debían convertirse en el principal factor de la economía social del nuevo Estado.
La primera «Exposición de Productos Provinciales» se celebra en Cáceres antes que en ninguna otra provincia. Para ello se establece la fecha de las ferias locales, finales de mayo, para que coincida esta exposición con la cita ganadera, que aportaría una dimensión más completa al encuentro. De forma paralela se compra, por parte del nuevo sindicato, un terreno de 46.000 m², contiguo al rodeo, el lugar donde se celebraban las Ferias de San Fernando desde finales del siglo XIX. En el nuevo solar se construyen algunas infraestructuras básicas para albergar el nuevo evento, que pretende ser un referente económico para el resto de España. El 29 de mayo de 1940, con presencia de los más florido y granado de las nuevas autoridades locales y provinciales, se inaugura la considerada «magna exposición» por Gerardo Salvador Merino, delegado nacional de sindicatos, falangista y entusiasta de los postulados nazis, que acabará siendo depurado por el propio régimen franquista en 1941 bajo la acusación de masón.
La desaparición de Gerardo Salvador y la disminución del papel de competencias económicas de los sindicatos, con el beneplácito de Franco, abocó a la Exposición de Productos Provinciales a su desaparición unos años después. En los restos de aquellos terrenos adquiridos se planeó la posibilidad de crear una «Parque de Deportes de Educación y Descanso», para darle utilidad a las instalaciones existentes y para que los jóvenes cultivasen el cuerpo y el alma. Pero eso es otra historia.