POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)
Es el naranjo árbol de origen oriental que, ¡bendito sea Dios!, fue importado a nuestra nación por los árabes llegando a Asturias ya bien entrado el siglo XIII cuando, en tiempos de Reconquista, las tropas españolas ya habían recobrado muchas tierras y ciudades andaluzas.- Aquí, en el Principado y muy especialmente en zonas costeras y cálidas, sin apenas riesgo de heladas, los naranjos se aclimataron perfectamente; tanto que su producción abundosa no sólo abastecía a la población sino que era «materia de exportación» a muchos países europeos como Inglaterra, Francia, Holanda, etc.
Lo confirmaba el P. Luis Alfonso de Carvallo en el siglo XVII:
«De Naranja y Limón hay tanta abundancia que se cargan muchos navíos para Francia, sin la mucha que llevan a Castilla y se gasta en la tierra».
¡Cómo sería esta abundancia «naranjera» en Asturias -y hablamos de tiempos muy pretéritos- que en muchas villas y ciudades costeras (Gijón, Avilés, Luarca, Villaviciosa, quizá Colunga, Ribadesella, Pravia…), donde la producción era notable, hacían fiesta y romería en los finales de enero y principios de febrero, para celebrar la recolección del fruto!
La denominaban «Romería de las Naranjas» y en Oviedo solía celebrarse el día de la Candelaria (2 de febrero).
Allí, a la capital, llegaban los campesinos con sus carros cargados de naranjas y en la zona de la calle de La Vega tenían los puestos feriales de venta.
Son historias de tiempos pasados pues, como lamentaba Jovellanos, el cultivo del manzano y su destino sidrero desplazó al de cítricos, reduciéndose este al propio abastecimiento doméstico y de mercado local.
¿Y hubo «cocina de la naranja» en Asturias?
No disponemos de noticias documentales al respecto, pero a tenor de la información que aportan recetarios españoles, tan gustosos de los sabores agridulces, a partir del siglo XVI (Nola, Montiño, Granados…) los zumos de naranja están presentes en multitud de guisos de carnes y pescados.
Vean este ejemplo de «ventresca de bonito a la parilla”, tomada del libro de Rupert de Nola (1525):
«Tomar de la toñina lo de hacia la parte del vientre, bien limpia, y untarla con azeyte, y untar también las parrillas, y ponerla a assar sobre unas pocas brasas, y untarlas de rato en rato con azeyte, y despues hazer su salseron con agua y sal y azeyte y ZUMO DE NARANJA y pimienta y de todas las hierbas deshojadas o cortadas menudas, y quando quieran comer poner vuestro pescado en el plato y echar aquella salsa encima».
Los primeros recetarios asturianos editados datan de los inicios del siglo XX, si bien existen «libretas de cocina» muy anteriores que nos dan alguna luz sobre esta cuestión. Así, hemos conocido que un postre asturiano muy antiguo son «LES NARANXES XELAES», que vienen a ser algo así como «escarchadas en azúcar».
El «LIBRO DE COCINA DE LAS HERMANAS BERTRAND», cuya edición de 1909 tengo la suerte de poseer, nos ofrece la correspondiente fórmula:
«CASCOS DE NARANJA CON BAÑO DE AZÚCAR
Se monda bien la naranja, separando con cuidado los cascos sin romper la piel; se pasa por un hilo en los bordes del medio atando en forma de anillo. Así preparados, se dejan cocer con azúcar y cuando estén a punto, se toman los hilos de los cascos y se empapan en el azúcar, colgándolos enseguida de un palo colocado de antemano.
Unos ganchitos de alambre en forma de S sirven muy bien para esto».
Otra receta de las hermanas Bertrand es el FLAN DE NARANJA:
«Doce yemas, cuatro onzas de azúcar blanca y zumo de tres o cuatro naranjas dulces. Batidas las yemas, se van incorporando el azúcar y zumo, y todo bien mezclado, se pone en el molde bañado en azúcar a punto de caramelo y se cuece al baño-maría. Se conoce cuando está, introduciendo una aguja de hacer media, que saldrá limpia.»
Bueno, pues ya tienen para entretenerse estos días.- Bonito a la parrilla (vale a la plancha) al estilo siglo XVI; naranxes xelaes (siglo XVIII-XIX) y flan de naranja (siglo XX).
Toda una historia de fogones.