POR OSCAR GONZÁLEZ AZUELA, CRONISTA OFICIAL DE LAGOS DE MORENO (MÉXICO).
De: FRANCISCO GONZÁLEZ BOCANEGRA
Para: MEXICANOS, AL GRITO DE: ¡FUERA!
Queridos paisanos; escuchan y cantan hasta el día de hoy el himno que nos identifica y da patriótica cohesión por encima de todas nuestras diferencias del cual escribí la letra, obligado por una morrita a la que traía entre ceja y ceja con quien terminaría felizmente casado; ella me dejó encerrado y sin comer durante varios días hasta que yo no lo terminara. Valió la pena el ayuno, esa letra se canta desde 1854, desentonada a veces, cambiando y distorsionando en ocasiones el sentido de sus palabras -me la debes por cierto Pablo Montero, desde acá mi dedo en tu eterno destino…-.
Escribí aquellas estrofas cuando éramos víctimas de la ambición de naciones cuyo interés apuntaba hacia nuestro territorio; aparte de la consecuente calentura de mis deseos debo haber escrito con gran delirio de persecución, estrofas que muchos ya no entienden debido al paso del tiempo o a su poca cultura, aunque estarán de acuerdo de la gran belleza de que goza también gracias a la armonía compuesta para adecuarla a mi letra por Jaime Nunó, músico catalán que reposa a mi lado en la Rotonda de las Personas Ilustres. Antes de que desde España se nos exija una disculpa pública o el cobro de regalías por aquella música, aclaro que la deuda de México hacia España la pagamos copeteada a través de la música de Agustín Lara que se constituyó en el himno local de varias de sus ciudades.
Vuelvo a mis tiempos contándoles que aquellas fueron épocas muy difíciles en las que al grito de guerra apuraba yo a mis conciudadanos a estar prestos con las armas y la brida de los corceles en mano a fin de defender a la patria por medio de estruendos de cañones que hicieran retemblar la tierra en el mejor de los casos.
En aquel tiempo, quien osaba profanar riqueza, suelo e instituciones era un extraño enemigo; nada que ver con el de ahora en que eres amenazado e insultado en obra y omisión día con día, al grado de recibir las ofensas de quienes se vanaglorian de habértela metido doblada y de recibir recetas de vitacilina para amortiguar tus ardores.
Hoy te pregunto: ¿podrá pensar la patria querida que tiene en ti al ciudadano responsable de ejercer su voto por cada hijo que se le dio?
Creo que, para que el arcángel divino, pueda ceñir las sienes de nuestra patria con ramas de oliva, es necesario contar con un país de instituciones que regulen, fragmenten y vigilen al poderoso; México no merece a estas alturas las decisiones unipersonales de un caudillo que se va mostrando cada día más revanchista, limitado y ventajoso, a quien veo agazapado para lanzarse sobre aquellas instituciones y personas que estorban su permanencia en el poder por sobre los tiempos fijados en la carta magna a la que juró respetar frente al país y sus representantes.
Mexicanos, les pido como hace 167 años su participación, ahora mediante el voto, aplicándole el espejo que le hará verse desnudo ante México y el mundo con su verdadera dimensión. Votos, votos, en montes y valles, que representen las voces de: ¡unión, libertad!
A doblegar el cuello sólo para enfocar bien la vista sobre el emblema que se habrá de cruzar antes que quedar inermes ante el felón que con el hórrido estruendo de sus guturales carcajadas pretende acabar con las instituciones creadas a través de más de medio siglo de lucha democrática gracias a las que él mismo pudo acceder al poder.
Mexicanos: ya no es necesario exhalar en las aras de la patria su aliento; sólo les convoco a votar y defender su propio voto con valor; para el siete de junio podrán contar con un recuerdo de gloria, un veredicto de victoria y en tres años más, cuando despertemos de esta pesadilla, para ellos: un sepulcro de olvido y horror.
Mexicanos al grito de ¡fuera!, los convoco a recuperar la dignidad nacional, ¡AL SONORO CRUJIR DEL CRAYÓN!
Bocanegra
Nos vemos el seis.