COMUNICADOS DEL MÁS ALLÁ, POR NICOMEDES.
POR ÓSCAR GONZÁLEZ AZUELA, CRONISTA OFICIAL DE LAGOS DE MORENO (MÉXICO).
DE: JOSÉ VASCONCELOS PARA: DELFINA GÓMEZ
Estimada Maestra, le escribo con gusto y preocupación, enterado de que habrá de ocupar usted el cargo de Secretaria de Educación Pública, institución creada por mí hace cien años. A diferencia de muchos que se le han echado encima, le concederé el beneficio de la duda, al saber que usted ha recorrido y probablemente sufrido, todo el escalafón burocrático de la propia secretaría así como del SNTE; le confieso que veo en usted mayores dotes que a aquel secretario corregido por una niña a quien dijo: “no se dice ler, se dice: LEER”.
Sinceramente creo que usted llamó la atención por su limpio espíritu de lucha, contendiendo por la gubernatura del Estado de México en contra de Alfredo del Mazo, el tercero con el mismo nombre y apellidos para el mismo cargo, algo digno de un sistema monárquico, impuesto por su propio primo, el presidente Peña Nieto que no se daba cuenta de que con esa decisión estaba martillando uno de los últimos clavos para su ataúd político. A su derrota, usted guardó la compostura debida -misma que yo no tuve en mi momento-, lo que es motivo de mi reconocimiento.
Le quiero compartir lo que escribió mi amigo, el novelista Mariano Azuela, recordando cuando fue designado como director de Instrucción pública del estado de Jalisco:
“Tenía pocos días de haberme encargado del ramo de enseñanza cuando se me presentó una comisión de maestros de escuela para ofrecerme un banquete. Yo los conocía tanto como ellos a mí (en la antesala preguntaron por mi nombre para hacerme la invitación). No acostumbrado ni de lejos a los protocolos de la burocracia, ello me pareció no sólo ridículo sino injurioso. Les respondí en un tono del que ahora me arrepiento sinceramente:
– Acepto con gusto su invitación y se las agradezco, pero les suplico que difieran para más tarde el banquete.
– El día que usted señale, señor director.
– Pues al día siguiente de haber dejado de ser el señor director”.
Recuérdelo desde ahora en que muchos estarán seguramente haciendo antesala para organizarle banquetes, ellos se pintan solos.
Dentro de los cajones de mi antiguo escritorio encontrará por igual briznas que quedaron tanto de mi egocentrismo como de mis ideales; use solamente los segundos; encontrará también rastros de mediocridad, rapacería e indolencia, dejados por muchos otros secretarios que obviamente quedaron en el olvido.
Me llama la atención que el presidente esté entregando esta elevada posición al grupo de la maestra Elba Esther, autora de aquella frase: “¿Tú le crees a Madrazo? Yo tampoco”.
Seguramente confiará el presidente en que con esto estará conquistando la lealtad de quien traicionó entre otros a Jongitud, a Madrazo, a Fox y a Calderón, al tiempo que ganaba posiciones en el congreso y en las gubernaturas; formaba su propio partido político, con acumulación de poder económico y prebendas, y que, sometida por un tiempo, dejó añejar y enfriar su apetito de venganza a la sombra de una celda, entrando hoy a la antesala de la 4T para saldar agravios como un verdadero Caballo de Troya, lista para cobrarlos a conveniencia de su propio interés personal, por encima del de los morenos.
Será pues usted, importante pieza en un tablero en el que se sacrificarán piezas en pos de la victoria, siendo la lealtad un principio desconocido en este juego de tronos contemporáneo.
Por lo pronto, yo le devolvería la pregunta a este otro tabasqueño cuestionándole: Y tú, ¿sí le crees a Elba Esther..?
Afectuosamente: José Vasconcelos
FUENTE: https://www.facebook.com/oscar.gonzalezazuela