POR MARI CARMEN RICO NAVARRO, CRONISTA OFICIAL DE PETRER (ALICANTE)
Tal día como hoy, Domingo de Pentecostés, tendrían que estar celebrándose las primeras comuniones de muchas niñas y niños de Petrer. En esta ocasión queremos volver la vista atrás y ver cómo se recibía este sacramento en los años veinte del pasado siglo.
El Domingo de Pentecostés se celebra el séptimo domingo después de Pascua y es un día muy importante en la liturgia católica ya que se conmemora la venida del Espíritu Santo y el inicio d las actividades de la iglesia. Este mismo día pero del año 1928, hace hoy 92 años, en Petrer, las comuniones se celebraron este mismo domingo y fueron un total de 26 niños y 25 niñas los que recibieron por primera vez el sacramento de la eucaristía. Comulgaron las tres clases de niñas y las dos de niños que asistían a la escuela pública que por aquel entonces se denominaba “la escuela nacional” y, también tomaron la primera comunión algunas niñas que iban a las dos escuelas privadas que había en el pueblo.
La ceremonia religiosa la organizaron el cura párroco de la Parroquia San Bartolomé Apóstol Petrer y el vicario, en colaboración con las maestras y maestros. La edad de comulgar rondaba los 9 años. La catequesis se impartía en los mismos colegios y eran los propios maestros los encargados de adoctrinar a los niños en la fe católica.
Tal día como hoy, pero de 1928, Petrer se despertó, a las 8 de la mañana, con los alegres acordes de la banda musical “La Unión” (Unión Musical de Petrer) con su director Manuel Alemany “el Maleno” al frente, que recorrió las principales calles de la población, y seguidamente se dirigió a las escuelas donde los niños esperaban contentos e impacientes para trasladarse hasta el templo acompañados de sus respectivos maestros y maestras. Tras la misa tendría lugar el convite que, se hacía o no, dependiendo de las posibilidades económicas de las familias. Ese mismo día, a las 6 de la tarde, tuvo lugar la procesión en la que participaron las Hijas de María, congregación religiosa compuesta por las chicas jóvenes de Petrer. En la procesión participaban “los angelitos”, niñas vestidas de ángel cuya presencia daban una nota simpática a este acto religioso.
Igual que había niños que no comulgaban porque los padres no eran creyentes, también había niños que no lo hacían por la situación económica de la familia que, la mayoría de las veces, era muy ajustada. Algunos niños comulgaban gracias a las mujeres que se encargaban de la beneficencia, éstas les confeccionaban a las niñas un vestido corto de color blanco para salir del paso. Todo el mundo que las contemplaba sabía que aquella niña iba de caridad, puesto que su traje era muy diferente en cuanto a confección y calidad que los de otras niñas de familias más acomodadas. También algunas niñas cuyas familias no contaban con recursos económicos comulgaban con un traje de color y se cubrían la cabeza con una mantellina negra porque no tenían suficiente dinero para comulgar de blanco, ya que el traje blanco de comunión era caro puesto que requería de complementos como el velo, la bolsa y otros elementos que lo encarecían.
Que la banda de música recogiera a los niños en las escuelas y los acompañara hasta la iglesia era motivo de alegría, júbilo y emoción no solo para los pequeños, que recibían por primera vez la eucaristía, sino también para todo el pueblo que celebraba este acontecimiento como una jornada festiva.
Hoy en Petrer se tendrían que estar celebrando las comuniones pero, por las circunstancias por todos conocidas, no se pueden realizar. Esperamos que esto pase pronto y en septiembre puedan tomar la primera comunión todos los niños y niñas de Petrer que se han preparado para ello y desean hacerlo.