POR PEPE MONTESERÍN, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)
Aparentar ser más grande, levantar los brazos, hinchar el pecho, nos aconsejan en el parque de Iguazú, en Argentina, caso de encontrarnos con un yaguareté o un ocelote; en los montes Virunga, frontera de Uganda y el Congo, recomiendan una actitud más modesta con los gorilas, aunque jamás mostrarles el culo; ante nuestro oso pardo, de toparnos con ellos, hay que dar palmas y gritos, y usar el sentido común, o sea, echar a correr; con la serpiente, más o menos, los biólogos recomiendan no morderla, sobre todo si está viva; con los gorriones no hay problema, tanto porque no atacan al hombre (ni a la mujer) como porque apenas quedan ejemplares en Asturias, y donde sí corremos peligro y no hay pitos que tocar para espantarla es con la polilla de la patata. También los libros son peligrosos pero las autoridades competentes saben enfrentarse a ese problema dándoles la espalda.
Fuente: http://www.lne.es/