POR FRANCISCO RIVERO, CRONISTA OFICIAL DE BROZAS (CÁCERES))

El cronista de Brozas, Francisco Rivero, impartió una conferencia sobre los 70 años de la muerte del actor brocense Casimiro Ortas Rodríguez nacido en esta villa cacereña en 1880 y fallecido en Barcelona en 1947. Ortas vio la luz en Brozas, aunque muy bien pudiera haber nacido en Alcántara, ya que la compañía de su padre, Casimiro Ortas Navarro, natural del pueblo pacense de Oliva, se encontraba actuando esos días de mayo de 1880 en la villa alcantarina, pero su madre se quedó en la pensión en la que vivía en Brozas, debido a que los dolores del parto anunciaban ya un inminente nacimiento.

La conferencia se encuadró dentro de las actividades paralelas que ofrecía el 33 Festival de Teatro Clásico de Alcántara, y a ella acudieron, entre otras personas, la directora del evento, Montaña Granados y la directora de la Biblioteca, Juani Santano.

El popular actor estrenó populares sainetes como Diana la cazadora (1915), de los Hermanos Álvarez Quintero, El marido de la Engracia, La tela (1925) y Los extremeños se tocan (1926), todas de Pedro Muñoz Seca o Serafín, el pinturero (1916), La venganza de la Petra (1917), El señor Adrián el primo (1927) y El solar de mediacapa (1928), las cuatro de Carlos Arniches. Otras de sus más destacadas actuaciones fueron la zarzuela El asombro de Damasco (1916) o la comedia El tío Catorce (1931). La obra “El asombro de Damasco” era original de Antonio Paso, el padre de Alfonso Paso; curiosamente, alguna hija de este autor teatral pasaba de jovencita sus vacaciones en la villa de Las Brozas. Ortas también grabó discos de pizarra y rodo varias películas, algunas de ellas mudas.

Ortas pese a haber sido una primera figura del teatro en España y en América terminó arruinado y tuvo que ser el Departamento de Obras Sociales del Sindicato del Espectáculo quien se hiciera cargo de los gastos ocasionados por el traslado del cuerpo desde Barcelona a Madrid y ser enterrado en el cementerio de la Almudena.

El periódico La Vanguardia Española le dedicó al día siguiente de su fallecimiento una amplia información al finado, del que entresacamos el siguiente texto: “Con la muerte de Casimiro Ortas la escena, española ha perdido una de las figuras más destacadas y que todavía contribuía a darle sólido prestigio. Su comicidad era personalísima, ponderada, natural, siempre mantenida en un tono digno Los múltiples personajes a que Ortas dio vigorosa vida durante su larga y brillarte historia artística hallaron en todo momento los justos trazos, el requerido carácter. Y encontraron también la impresión de la simpatía, que los públicos depositaban, a la par, en el admirable intérprete”.