MANUEL DE LA PEÑA, CRONISTA OFICIAL DE GETAFE RECONOCE QUE «CENTENARES DE ENFERMOS VIAJABAN DESDE TODA ESPAÑA EN BUSCA DE LAS MEDICINAS DE ESTE ESCOLAPIO
Dentro de las actividades organizadas con motivo del Primer Centenario del colegio Divina Pastora de Getafe, el próximo martes 26 de febrero M. Sacramento Calderón, religiosa calasancia, impartirá la conferencia «Faustino Míguez, su huella en Getafe”. La cita será a las 17:30 horas en el auditorio del centro escolar. Al acto asistirá M. Julia García Monge, Superiora General del Instituto Calasancio Hijas de la Divina Pastora.
La vicepostuladora de la causa de Canonización del Beato Faustino Míguez hará un repaso a la trayectoria de este sacerdote, educador y científico escolapio y su papel en el desarrollo de Getafe de comienzos del siglo XX. Faustino Míguez fundó el primer centro escolar de las religiosas calasancias en la Comunidad de Madrid dedicado a la promoción y educación integral de las niñas getafenses.
CON UN TREN BAJO EL BRAZO
Además, creó en la localidad el único laboratorio farmacéutico regentado por religiosas dedicado a la fabricación de medicamentos a partir de plantas medicinales. «La actividad del Padre Míguez en el laboratorio fue clave para el desarrollo del ferrocarril en Getafe», asegura D. MANUEL DE LA PEÑA, CRONISTA OFICIAL DE LA LOCALIDAD que reconoce que «centenares de enfermos viajaban desde toda España en busca de las medicinas del escolapio, lo que obligó a reforzar el servicio de trenes a este pueblo, algo inusual para la época».
Esta conferencia forma parte de un conjunto de iniciativas que, bajo el lema “Cien años creciendo contigo”, buscan hacer memoria de la labor educativa realizada por esta congregación en Getafe a lo largo de este siglo de vida del colegio así como renovar el compromiso con la tarea educativa que las religiosas calasancias desarrollan en toda España, así como en varios países de América y África.
El Instituto Calasancio Hijas de la Divina Pastora es una congregación religiosa fundada en 1885 en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) por el escolapio Faustino Míguez. Tras conocer de primera mano la precaria situación de las niñas a comienzos del siglo XX que tenían vetado el acceso a la escuela, el padre Faustino se puso manos a la obra para poner freno a esta situación. Fue en 1907 cuando, destinado en Getafe, continúa esta labor iniciada en tierras andaluzas y dejarla en manos de las religiosas que hoy siguen fiel al carisma y misión encomendada: educar a los niños y los jóvenes sin más armas que la caridad.